Por: Patty Fuentes Gimón / Diario TalCual
De las 19 mil toneladas de residuos que se producen a diario en el país, solo entre 10% y 20% son reciclados, de acuerdo con las cifras de la asociación ambiental Vitalis, que estima que alrededor de 95% del aluminio se recicla, 90% de hierro, 25% de vidrio, 1% de materia orgánica, 20% de papel y cartón, y 2% de plástico.
"En función del volumen total de residuos, menos de la quinta parte pudiera estar recibiendo un tratamiento final apropiado... La capacidad para reciclar en Venezuela pudiera duplicarse o triplicarse en el caso del papel, los plásticos y el vidrio, en tanto que el aprovechamiento de los residuos orgánicos pudiera incrementarse hasta 100%", estima la asociación civil en su portal.
Con el fin de "reducir la generación de desechos sólidos y garantizar que se haga en forma sanitaria y ambientalmente segura" se aprobó en primera discusión en enero de este año la Ley para la Gestión del Manejo Integral de Residuos y Desechos Sólidos No Peligrosos.
El director ejecutivo de la asociación Reciclaje y Producción más Limpia, Hernán Papaterra, considera que el mencionado proyecto es atrasado y costoso en materia de envases, envoltorios y empaques, pues "es absurdo restablecer el sistema de retorno, depósito y devolución de botellas y potes".
A su juicio, el capítulo de envases debería quedar fuera de las previsiones de la ley. "Sería más apropiado y pertinente avocarse a estudiar la consideración de una Ley de Envases, que incorporara los significativos avances de las legislaciones europea, japonesa y americana, dada la importancia de ese dispositivo clave de la tecnología alimentaria, de la que depende la garantía de una provisión de alimentos más seguros y nutritivos", añade.
50 AÑOS ATRÁS
La organización Vitalis asegura que, como casi 80% de los residuos domésticos e industriales pudieran ser reciclados, el problema de la basura se resolvería y se generarían alrededor de 250 mil empleos directos y más de un millón indirectos en un año.
El artículo 42 del proyecto de la ley dicta que los responsables de la importación, fabricación o distribución de productos de consumo masivo que generen desechos sólidos deberán contar con programas de retorno para la recuperación de sus residuos "que garantice su reutilización en la cadena productiva".
Papaterra señala que este artículo desvirtúa la razón social de las industrias de alimentos y bebidas, pues perjudica su productividad.
"Estas previsiones retrotraen a prácticas de manejo de la basura en boga de hace cincuenta años... Hoy existen en el mundo alternativas de buenas prácticas ambientales para recuperar los residuos de envases hacia el reciclaje como las Bolsas Regionales de Subproductos Industriales y Residuos Domésticos, y los Sistemas Integrales de Residuos Sólidos Urbanos, que permitirían estimular los mercados para el reciclaje y generarían empleos e ingresos sostenidos", dice.
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