viernes, 11 de febrero de 2011

El fin de tres décadas de Mubarak

Tras 18 días de protestas masivas en El Cairo, el vicepresidente egipcio, Omar Suleiman, anunció la renuncia del presidente Hosni Mubarak. 

 
"En el nombre de Dios misericordioso y compasivo, ciudadanos, durante estas muy difíciles circunstancias que atraviesa Egipto, el presidente, Hosni Mubarak, decidió abandonar su cargo de presidente de la república y encargó al alto consejo de las Fuerzas Armadas administrar los asuntos del país. Que Dios ayude a todos"

Fiesta en El Cairo

Después de 18 días de protesta, los egipcios lograron que Hosni Mubarak dejara la presidencia.
Vea el video sobre su trayectoria política.

Golpes en la Asamblea Nacional 10/febrero/2011


Esta es una muestra clara de la intolerancia que tiene invadido al país

Avesa dejará de funcionar el 28 de febrero

Patty Fuentes Gimón
El próximo 28 de febrero la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa) dejará de funcionar a falta de recursos financieros, pues el Ministerio de Salud lleva dos meses sin entregarle el subsidio aprobado en la Ley de Presupuesto Nacional para 2011, asignado por la Asamblea Nacional.

"Este año los niños, niñas y adolescentes pobres y abusados sexualmente, que el Estado no atiende y tampoco permite que atendamos las organizaciones no gubernamentales, se quedarán a la deriva. Esperamos respuesta pública de la ministra de Salud antes de esa fecha", expresa Mercedes Muñoz, presidenta de la asociación que, desde hace 26 años, apoya a víctimas de violencia sexual y doméstica.

Desde hace dos meses, el personal de Avesa no recibe salario, por lo que la directiva se vio obligada a pedirles la renuncia a los trabajadores.

"Dimos plazo hasta el 31 de enero para que el Ministerio de Salud nos contestara, pero hasta ahora no nos han respondido ni una letra; la política ha sido el silencio. No tomamos la decisión antes porque tenemos que cerrar los casos e informarles a los pacientes la situación", explica.

IRREGULARIDADES DESDE 2010 
Los desembolsos eran repartidos, normalmente, cada tres meses, al comienzo de cada trimestre. Sin embargo, desde el año pasado "la ministra Eugenia Sader decidió que serían otorgados al final de cada trimestre, por lo que tuvimos que usar recursos de otras partidas de nuestra organización y luego reponerlos", añade Muñoz.

Además, la presidenta de la ONG denuncia que en 2010 los primeros tres subsidios fueron entregados a destiempo y el último de los pagos aún no ha sido efectuado.

"Después de insistir e insistir, técnicos medios nos dijeron que los recursos que estaban destinados a Avesa fueron enviados a la Fundación Barrio Adentro y que la ministra ahora decidirá a cuáles organizaciones seguirá subsidiando", señala.

CULTURA DE PODER
Los casos de violencia sexual y doméstica que llegan a la Fiscalía son procesados y, posteriormente, enviados a organizaciones como Avesa porque el Estado no ofrece servicios de apoyo psicológico.

"Ninguna escuela de Psicología, Derecho o Psiquiatría de este país estudia la atención a victimas de violencia sexual y doméstica, a pesar de que es un tema problemático porque todos estamos llenos de prejuicios y tendemos a caer en la culpabilización de la víctima", asegura Muñoz.

La presidenta de Avesa estima también que, en Venezuela, las cifras de estos casos pueden ser tan espeluznantes como las de homicidios.

"Es un tema de poder. Generalmente, ocurre en la sombra, en su propia casa, con su padre biológico, su padrastro, su tío o su hermano. Es la palabra de una niña de 5 años contra la de su papá", indica.

Asimismo, refiere que en la medida en que las personas son más pequeñas, las cifras de niñas y niños abusados sexualmente son equivalentes, mientras que si son adolescentes, las víctimas son mayormente niñas porque se juntan los factores de poder: edad y sexo.

jueves, 10 de febrero de 2011

Un milagro podría liberar a los presos políticos


Patty Fuentes Gimón
Los ojos le brillan cuando ve en su corcho la foto de su hijo. Todavía le cuesta creer que ya lleva casi ocho años viviendo lejos de él. Juegos de beisbol, visitas a la abuela, sus primeros logros en la escuela… Héctor José Rovaín no ha podido disfrutar de ninguna de esas actividades, pues fue privado de libertad por los sucesos de abril de 2002, cuando su pequeño apenas tenía 4 años.

“Son años que no se recuperan. Ahora mi hijo tiene 12 y está en bachillerato. Como vive en Guatire, sólo puede visitarme los domingos. Yo siempre trato de transmitirle mucho ánimo para que no se vaya desmoralizado; le digo que se mantenga en sus estudios y que luche por lo que quiere. Para los niños, los presos son malos, así que tuvimos que explicarle mi situación. Él entiende porque sabe que estoy detenido por la política y que fui sentenciado a 30 años sin pruebas”, relata el ex inspector jefe de la Policía Metropolitana.

La esposa de Rovaín ha sido quien le ha dado fuerzas para no desplomarse. “Ella conoce mi trayectoria y sabe que soy inocente. Lo que me desanima es que ella sufre esta carga sola, quiero estar afuera para ayudarla. Tiene que ocuparse del niño, llevarlo al colegio, hacerle comida y, además, visitarme los domingos”, lamenta.

Su madre, Ildefonsa, no guarda rencor pese a la tragedia que le ha tocado vivir. “Yo sólo deseo que salga ya. Tanto tiempo, tanta angustia, tanta agonía… Todo esto es muy fuerte. Ojalá el presidente Chávez hiciera algo para que lo soltaran”, expresa entre suspiros.

La señora de 69 años se esfuerza en visitar a su hijo con la mayor frecuencia posible. Sin embargo, no puede ir a Ramo Verde todos los fines de semana porque tiene una prótesis en una rodilla que no le permite subir los cinco pisos de la cárcel.

El padre del ex PM de 41 años no desaprovecha ninguna oportunidad para encontrarse con su hijo. Pocos años después de que Rovaín fue apresado, el señor de 74 años perdió la vista a causa de una trombosis. Su condición no ha sido impedimento para que se dirija hacia Los Teques cada quince días.

Reconciliación y diálogo
Rovaín es el encargado del taller de costura en la cárcel, pues además de ocupar las horas de encierro, puede redimir las horas de prisión. Cada uno de los internos lleva la cuenta del tiempo que ha trabajado; sin embargo, el tribunal aún no la ha solicitado, a pesar de que ya pueden optar por un beneficio.

El ex funcionario considera que tendría que ocurrir un milagro para que, con Chávez en el poder, él y los demás policías que se encuentran en Ramo Verde sean liberados. Quizás por esta razón sus creencias religiosas se han acentuado y, constantemente, pide a Dios que lo ayude a salir del centro de reclusión.

“Hace poco, el presidente Chávez habló de la reconciliación y el diálogo. También habla siempre del amor al prójimo y el de Jesucristo. Yo quisiera decirle que una muestra de fe es la libertad de todos nosotros porque la palabra de Dios dice que debemos amar al prójimo porque Él murió en la cruz por nosotros, para redimir el pecado del mundo”, pregona.

Salud desatendida
Muchos de los detenidos en Ramo Verde presentan problemas de salud. Rovaín es uno de ellos. Hace 10 meses, le salió un lipoma de grasa acumulada en la frente que ha crecido sin cesar. Desde entonces, ha estado tramitando la solicitud de traslado a un centro hospitalario, pero el tribunal de ejecución no ha dado respuesta. Por si fuera poco, el ex inspector jefe de la PM sufre de lumbago y tampoco se le aplican sus chequeos regulares.

“Con el problema de Afiuni, todos los jueces se cuidan y esperan instrucciones”
Héctor Rovaín

“No nací en la cárcel, así que no moriré en ella”


Patty Fuentes Gimón
Arube José Pérez Salazar recuerda con desánimo aquel 3 de abril de 2009. Al enterarse de que había sido sentenciado a 17 años y 10 meses de prisión, lo primero que le vino a la cabeza fueron los rostros de sus tres hijos. Tenía miedo de que los niños, quienes entonces tenían 17, 11 y 7 años de edad, se entristecieran tanto que prefirieran rechazarlo para siempre. Pero el padre se llevó una gran sorpresa.

“Yo les pedí que hicieran su vida, pero ellos se negaron y me dijeron que continuarían luchando conmigo porque estaban claros de cómo era mi trabajo. Me ofrecieron su apoyo y me aseguraron que iban a ser menos de 17 los años que pasaría en la cárcel”, relata Arube Pérez, mejor conocido como “Salazar”.

Han transcurrido casi ocho años desde entonces, lo que no suma ni siquiera la mitad de la pena. El ex cabo primero de la Policía Metropolitana, recluido en Ramo Verde por los sucesos de abril de 2002, cuenta que cuando llegó a la prisión tenía un varón y dos hembras; ahora, a sus 40 años de edad, tiene otra hija de 5 años, y una nieta de 3. “La del medio, de 15 años, es muy madura. Dice que no va a dejar de apoyarme porque sabe que soy inocente”, señala.

Su esposa, Lisy, expresa que esta ha sido una situación “bastante difícil”, porque ha tenido que asumir toda la responsabilidad. “Nos cambió la vida, todo el tiempo andábamos juntos. Lo bueno es que todos me ayudan, somos muy unidos. Las niñas fueron al psicólogo porque les ha costado mucho”, añade.

La madre asegura que la pequeña de 6 años “dice que odia a Chávez porque sabe que él es quien tiene preso a su papá. Todas las noches me repite que lo quiere en la casa, como sus amiguitas”.

La mayor de las niñas, quien cuenta ahora con 19 años, quedó embarazada a los pocos años de la detención de su padre. “Se alejó de nosotros, andaba mucho en la calle. Cuando salió embarazada, decía que eso le pasó porque su papá está preso, pero ya ha aceptado la situación y ahora vive con su esposo e hija”, revela su mamá.

Democracia pisoteada
Salazar agradece la atención que les han brindado los medios de comunicación a los detenidos por los sucesos del 11A; sin embargo, no expresa lo mismo por los políticos. “Ellos no hacen nada por nosotros, sólo luchan por su bienestar. Al policía nadie lo quiere, pero todo el mundo lo necesita”, agrega.

También manifiesta tener esperanzas a pesar de que sabe que, con Chávez en el poder, no será puesto en libertad. “No nací aquí ni moriré aquí. No creo que este Gobierno tenga la delicadeza de sacarnos de aquí porque, manteniéndonos presos, intenta demostrar que se hizo justicia, pero el pueblo sabe la verdad”, dice.

Su esposa tampoco pierde la fe, pero afirma que “Chávez la agarró muy fuerte contra ellos, los pisa y hace con ellos lo que le da la gana. Si tuviera la oportunidad de hablar con él, le diría que seguiremos adelante y que ellos no tienen que bajarle la cabeza porque no hicieron nada… El tiempo de Dios existe y es perfecto”.

¿Y el derecho a la salud?
Salazar es hipertenso y tiene una válvula del corazón obstruida. En reiteradas oportunidades, ha sufrido arritmias que incluso le han dificultado caminar y, a pesar de que ha solicitado ser asistido por un médico, no recibe respuestas de parte del tribunal. “Con tantas cosas que hemos vivido aquí, ya ni siquiera pedimos traslado porque sabemos que no nos van a hacer caso a menos de que sea una emergencia”, dice el interno. Su esposa coincide con él y manifiesta estar preocupada porque “para lo que es la enfermedad, no tiene el control que debería”.

“Si hubiese sabido que me iba a meter en este problema, lo hubiese pensado dos veces antes de ser policía” 
Arube Pérez Salazar

martes, 8 de febrero de 2011

"Aprendí a pintar en la cárcel"

Patty Fuentes Gimón
Las horas pasan lentamente en Ramo Verde. Leer libros, conversar con sus compañeros, escribir y hacer deporte durante los últimos ocho años no ha sido suficiente para que Julio Rodríguez Salazar “mate los minutos de ocio”.

Cuando en la cárcel ofrecieron un curso de pintura lírica, el ex sargento primero de la Policía Metropolitana no dudó en inscribirse. Fue tanto el esmero que le puso, que el pasado 12 de noviembre fueron exhibidos sus 17 cuadros a base de piedra molida en Miami, Florida, con el fin de recolectar dinero para sus familiares y, próximamente, presentará una segunda tanda de obras.

“En vista de la injusta condena que pesa sobre mis hombros, quiero y necesito seguir ayudando a mi familia”, expresó a través de una carta el ex funcionario condenado a 30 años de prisión por los sucesos del 11 de abril de 2002.

Con colores oscuros, rejas y cadenas, Rodríguez Salazar logró plasmar la tristeza que lo invade desde que fue separado de su esposa, sus siete hijos y su nieto. “Son ocho años con este sufrimiento y este dolor. Mi esposa viene casi siempre a la visita; ella es muy fuerte y mantiene la fe por delante de todo. Seguiremos luchando y esperando”, dice.

El ex PM de 47 años relata que, cuando fue detenido, tenía sólo un nieto y ahora tiene cinco: de 9, 4 y 3 años, uno de 1 año y el más pequeño que cuenta con 7 meses de nacido.

“Mis hijos siempre me traen a los niños. Tres de ellos no viven aquí y los he visto muy pocas veces… se la pasan preguntándome cuándo voy a visitarlos. Para mi hijo de 12 años ha sido muy difícil, pues pasó de ser un niño de 3 años a un adolescente de bachillerato. Le toca vivir la tortura de venir a verme todos los fines de semana; él es quien más me visita”, añade.

Un país sin futuro
Rodríguez Salazar utiliza la bandera de Venezuela y los colores azules para contrastar sus deseos de salir en libertad con la forma en que el país perdió su norte. “Aunque tengo muchas esperanzas de irme, no creo que con Chávez en el poder, pueda salir de aquí… Sé que saldré algún día, pero no sé cuándo”, lamenta.

El ex agente tendría hoy 30 años de servicio en la Policía Metropolitana y asegura que lo acusan de homicidio frustrado en complicidad correspectiva cuando “se demostró que la foto que utilizan para involucrarme era de muchas horas antes de que ocurriera el enfrentamiento y que muchos de los PM que estamos presos nos conocimos en este calvario, no antes”.

Transcurridos estos ocho años tras las rejas, el interno ya puede optar por una medida sustitutiva de la pena, pero según denuncia, el tribunal hace caso omiso de los trámites que ha introducido: “Esa gente es fuerte… ni les viene ni les va lo que nos pase a nosotros aquí”.

Su salud, incluso, se ha visto afectada por la negligencia de las autoridades. En diversas oportunidades ha solicitado ser asistido por un médico, ya que padece de problemas de vista. Sin embargo, aún no le han practicado el chequeo general.   
  
Fe ante todo
Julio Rodríguez Salazar confiesa que “hay días en que uno se va de boca y se le viene el mundo encima”. No obstante, asegura tener muchas esperanzas de salir pronto de la prisión, pues agradece que cuente con muchas personas que le brindan apoyo y le dan fortaleza. “Lo que nos interesa es buscar la forma de salir de esto. Mientras tanto, hacemos mucho ejercicio y trabajamos en lo que sea. Por eso, hace poco me entregaron un certificado de trabajo”, señala y hace énfasis en lo sarcástica que puede ser la vida: “Trabajé con el papá de Erasmo Bolívar y ahora estoy preso con su hijo”.

“Me han quitado todo cuanto han podido, pero jamás mi dignidad y mi responsabilidad para con los míos”  
Julio Rodríguez Salazar

Afiuni debería regresar hoy a su casa


Patty Fuentes Gimón
Ayer en la mañana la jueza María Lourdes Afiuni debía ser trasladada a su casa luego de que los médicos del oncológico Padre Machado le dieran de alta tras haber sido operada el viernes de una histerectomía completa, es decir, de haberle extraído el útero.

El juez 26 de juicio Alí Paredes postergó el traslado de la jueza para hoy, pues según explicó, aún no estaba establecido cuál sería el cuerpo de seguridad que se encargará de la custodia de Afiuni en su residencia.

Nelson Afiuni, hermano de la jueza, aseguró que el juez había asignado a la Guardia Nacional para la custodia, pero posteriormente dijeron no tener autorización para permanecer en su domicilio, sino sólo para vigilarla mientras llega a su hogar. Extraoficialmente se conoció que se realizaba una reunión en los tribunales para definir el traslado de la jueza.

En el hospital oncológico habían manifestado la urgencia de que Afiuni abandonara el centro médico, pues la cama que ella ocupa es necesaria para una persona que está a la espera de su intervención quirúrgica.

Los familiares y amigos de la jueza, por su parte, lamentaron que se postergara el traslado porque tenían preparado un recibimiento de bienvenida para Afiuni frente a su casa. Una de las sorpresas que habían organizado era la de decorar las paredes con dibujos y palabras alentadoras.


Se suman cuatro personas a la huelga en la OEA

Patty Fuentes Gimón
Foto: Renier Otto 
Cuatro personas se sumaron a la huelga de hambre que, desde el pasado 31 de enero, mantienen frente a la sede de la OEA en Las Mercedes, Caracas, nueve ciudadanos, en su mayoría estudiantes, para exigir la liberación de todos los presos políticos de Venezuela.

"En vista del silencio cómplice de la OEA y la indiferencia del gobierno de Venezuela hemos decidido convocar a otros compañeros a la iniciativa de huelga… Hoy le damos la bienvenida a nuestros compañeros Julio César Rivas, Marialvic Olivares, German Cortez (hijo) e Isly Lugo, de los estados Carabobo, Anzoátegui, Zulia y Aragua, respectivamente”, señalaron los manifestantes a través de un comunicado.

Los estudiantes denunciaron que en la madrugada de hoy, varios funcionarios armados del Cicpc los visitaron y les dijeron que iban "por órdenes de la Fiscalía para saber qué estaban haciendo ahí".

Asimismo, aseguran que se mantendrán firmes hasta alcanzar los objetivos planetados, entre los que destacan: que el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, se presente en la huelga; libertad plena para la juez Afiuni y el traslado a su casa de inmediato mientras se restablece su libertad; cese inmediato de la persecución política, liberación de todos los presos políticos y atención inmediata por razones humanitarias de varios presos que presentan daños de salud por sus condiciones de detención política.

También exigieron que se respete la voluntad del pueblo expresa en votos e  incorporen de inmediato a la Asamblea Nacional a Biagio Pilieri, Jose Sánchez Mazuco y Freddy Curupe, quienes “deben gozar de inmunidad parlamentaria y, por ende, deberían estar libres”.

lunes, 7 de febrero de 2011

“Tengo fuerzas gracias a mi familia”


Patty Fuentes Gimón

Diciembre de 2004 era la fecha tope para que Erasmo Bolívar saliera en libertad. Al menos así lo creían sus familiares. Ese año, el agente de la Policía Metropolitana, recluido por los sucesos del 11 de abril, planificó tener un hijo con Mayrim, quien actualmente es su esposa, para poder criarlo juntos. En mayo de 2005, nació la pequeña, pero Bolívar aún sigue recluido en Ramo Verde.

“De verdad pensábamos que a finales de 2004 él iba a salir porque eso nos decían siempre… que todo estaba hablado. Estábamos muy esperanzados, nunca pensamos que ocho años después íbamos a seguir en esto”, expresa Mayrim.

Aunque las cosas no han salido como ellos esperaban, el 21 de agosto de 2009, decidieron formalizar su relación y se casaron en la cárcel. Bolívar asegura que Mayrim fue la de la idea. “Ella está siempre pendiente de levantarme el ánimo, darme fuerzas y valor. También me enseña a mantenerme al pie del cañón. No es fácil para nadie meterse en esto desde el principio”, dice.

La esposa del interno insiste en que seguirán luchando porque ninguno de los dos decae fácilmente. “Todos los años, cuando llega enero, pensamos que antes de que finalice el año vamos a salir de esta situación. Chávez no se da cuenta del daño que le hace a la familia de los presos políticos, sobre todo a los niños. Mi hija va a cumplir seis años en mayo y ya está empezando a preguntar por qué su papá no la lleva a la escuela como a los otros niños, no duerme con ella y tienen casas distintas. Ella piensa que Ramo Verde es la casa de su papá”, relata.

La pequeña a su vez pregunta constantemente a su padre por qué trabaja tanto y manifiesta querer vivir con él. “En diciembre, su abuela la llevó a una iglesia cristiana en la cual todos hacían sus peticiones. La niña cerró los ojos y se le salieron las lágrimas. Cuando le preguntaron qué le pasaba, dijo que el único regalo que ella quiere en Navidad es que su papá salga de ahí”, cuenta Bolívar.

“Tengo miedo de perder la vista”
Además de que en el caso del PM se ha pasado por alto el debido proceso, están siendo violados sus Derechos Humanos. Hace aproximadamente un año, Bolívar sufrió un desprendimiento de la retina y lo operaron de emergencia. En junio de 2010, asistió a retirarse el silicón y los puntos.

“Desde entonces, he solicitado que me trasladen a un centro asistencial para hacerme los chequeos postoperatorios, pero el tribunal nunca me responde. Tengo miedo de perder la vista porque a veces la tengo nublada. La juez solicitó que venga un médico forense a vernos a todos los internos, pero todavía estamos esperando”, denuncia el privado de libertad que ingresó a la prisión cuando sólo tenía 27 años y ahora tiene 35.

Para “ganarle tiempo al tiempo”, Bolívar aprendió a hacer bisutería y es el coordinador deportivo de la prisión de Los Teques. “En diciembre de 2008, me lesioné en un torneo de baloncesto. Según la resonancia, en una rodilla tengo una contusión de los ligamentos y en la otra, un edema debajo de la rótula. Deberían operarme, pero el tribunal nos pone trabas”, añade.

A pesar de que el Estado ni siquiera está velando por su salud y de que en abril de 2009 lo sentenciaron a 30 años de prisión, el PM no pierde las esperanzas: “Mi familia me da mucha fuerza. Tendría que volver a nacer para agradecerles lo que han hecho por mí”. 



“Estamos aquí por una orden presidencial. Esto fue como una torta: se le dio el pedazo más grande a quien mejor le pareció porque no hay pruebas”  
Erasmo Bolívar

El año judicial inició con bostezos


Patty Fuentes Gimón


Foto: Saúl Uzcátegui
En ausencia del dueño del circo, los demás actores se esmeraron en dormir al público. La disertación de la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia cayó como somnífero para los 1.265 jueces que asistieron al acto de apertura del año judicial, realizado el sábado en el auditorio principal del TSJ.

Luego de que sonara la canción “Venezuela”, entraran las autoridades y se instalara el TSJ en pleno, a las 5:27 de la tarde el presentador del evento dio paso a las palabras de Luisa Estella Morales Lamuño, quien sería sucedida por el orador de orden Fernando Vegas Torrealba, magistrado de la Sala Electoral.

Mientras Morales Lamuño evadía el tema judicial y se encadenaba hablando de historia, los propios magistrados entablaban conversaciones paralelas y el público cabeceaba. No fue sino hasta después de media hora que la representante del máximo tribunal del país encaminó su discurso hacia el vamos a lo que vinimos.

Nunca faltan las focas. Aunque los jueces deben estar claros de que las acusaciones de incompetencia en contra del sistema judicial no son de gratis, muchos de ellos no dudaron en aplaudir a la presidenta del TSJ en todas las oportunidades en las que repitió: “Con esto, una vez más, mostramos el alto nivel de eficiencia de la máxima instancia judicial”.

Entre otras cosas, la magistrada se jactó de asegurar que en 2010 disminuyó considerablemente el retardo procesal. Sin embargo, reconoció que las leyes dictadas durante el actual régimen persiguen objetivos ideológicos y que “la estructura jurídica de Venezuela debe cambiar”.

El doctor Vegas Torrealba no desperdició la ocasión para enaltecer la labor del Estado rojo rojito y afirmó que, “sin duda, se ha avanzado en la gestión actual del Poder Judicial, en comparación con el decadente desempeño de la cuarta república, época en la cual las mafias judiciales lo degradaron”.

A diferencia de otros años, este fue un acto desabrido, que en gran parte transcurrió bajo una atmósfera sombría, acompañada de la voz parsimoniosa de la magistrada Morales Lamuño y la presentación de unas láminas con mapas de la Caracas colonial. El vacío que dejó el Presidente silenció en cierto modo a quienes, en otra circunstancia, se hubiesen puesto de pie y habrían exclamado con furor: “¡Uh, ah, Chávez no se va!”. 

Disculpen, no pude asistir
Otra muestra del desorden del sistema judicial venezolano es que, el pasado 30 de enero, María Lourdes Afiuni recibió la invitación formal a la Sesión Solemne de Apertura de las Actividades Judiciales del año 2011. La presidenta del TSJ y demás magistrados tuvieron el “honor” de convidar a la titular del Juzgado 31 de Control del Área Metropolitana de Caracas, hoy convaleciente de una operación. Al parecer, olvidaron que desde hace un año y dos meses, Afiuni es una presa más de Chávez.

Violencia: el rostro sombrío de Caracas


Patty Fuentes Gimón

Foto: Saúl Uzcátegui
Eran las 4 de la madrugada del pasado sábado. José Luis Canelón Ibarra estaba con su novia y estacionaba su carro frente a la discoteca Nikki Beach, ubicada en la calle París con Monterrey, en Las Mercedes. De repente, fueron interceptados por dos hombres, con quienes discutió. Uno de ellos, disparó contra el joven de 23 años y lo dejó sin vida, tras incrustarle una bala en el ojo izquierdo y dos en el occipital.

Canelón Ibarra era el vocalista de la agrupación musical de reguetón Otro Nivel y ahora forma parte de las 27 muertes violentas que se registraron este fin de semana en Caracas, de acuerdo con datos extraoficiales.

Esa misma madrugada, fue hallado en el sector La Lagunita del puente de Las Brisas de Charallave el cuerpo sin vida de Yelitza Yamileth Perdomo Durán, quien presentó impactos de bala en la región occipital izquierda y frontal derecha. Según investigación del Cicpc, la joven de 24 años fue ultimada por su esposo Jerson Acosta Pereira, con quien mantenía una relación amorosa desde hacía más de tres años.

Extraoficialmente, se pudo conocer que el victimario de 27 años causó la muerte de su mujer porque ella lo iba a abandonar e, inmediatamente, se suicidó frente a su hijastra de siete años de edad.

Ya van 4 en una misma familia
Solamente en las primeras doce horas del fin de semana, ya habían ingresado ocho cadáveres a la morgue de Bello Monte. Entre estos, está el de Kelvis Martínez Gómez, quien, en el barrio Unión de Petare la noche del viernes, fue interceptado por dos sujetos que iban en una moto, le dispararon en el pecho y lo despojaron de sus pertenencias.

Kelvis Martínez Gómez, de 19 años de edad, es el cuarto miembro de una misma familia que ha muerto de forma violenta en los últimos cuatro años. Sus familiares manifiestan estar consternados y asustados por la situación de inseguridad que se vive en el país, y aseguran que los cuerpos policiales arman a los delincuentes, en vez de atacarlos.