Patty Fuentes Gimón
La desigualdad origina resentimiento y, por ende, polarización. En Venezuela se ha confirmado una y otra vez esta teoría. “La polarización política radical en el país tiende al objetivo de una victoria total y excluyente del adversario”, aseguró ayer la historiadora Margarita López Maya durante el conversatorio “Venezuela: 12 años después, dónde estamos y a dónde vamos”.
De acuerdo con López Maya, Venezuela ha sufrido tres etapas de polarización. La primera de ellas es la de gestación, durante los años 80 y 90, cuando se crearon las condiciones para su emergencia debido a la crisis política y a la frustración de expectativas.
Posteriormente, entre los años 98 y 2005, se dio la etapa de la lucha hegemónica, pues la justicia ya estaba polarizada y el presidente Chávez triunfó una vez más. Desde 2005 hasta hoy, “la polarización se usa como instrumento para imponer el socialismo del siglo XXI, pero la popularidad del Presidente se está debilitando desde el año 2006”, añade la historiadora.
Fortalezas y debilidades
El politólogo Ángel Álvarez trató el tema de los escenarios políticos y destacó que en Venezuela hay elecciones participativas que tienen sentido, pero que también son utilizadas para legitimar la democracia del poder.
A juicio de Álvarez, el Partido Socialista Unido de Venezuela sigue teniendo muchas fortalezas: carisma, control institucional, abundancia de recursos en sus manos, Chávez como gran elector interno y maquinaria más fuerte que la oposición. Sin embargo, cada vez tiene más debilidades: necesidad electoral de moderación y necesidad política de radicalización, evaluación negativa de la gestión en áreas claves (inseguridad, servicios, inflación…) y votación decreciente.
El politólogo enumeró las fortalezas de la oposición: coordinación hasta ahora exitosa, pluralismo y democracia interna, emergencia de un liderazgo nuevo, alta votación en los estados más poblados, evaluación positiva de las gestiones locales y regionales, cohesión del electorado por la percepción del “enemigo único”.
En cuanto a las debilidades de la oposición, Álvarez reveló la fragmentación, la regionalización, heterogeneidad, escasez de recursos, maquinarias débiles o inexistentes y disciplina relativamente débil.