jueves, 23 de junio de 2011

Cicpc, el cuerpo que más tortura


Patty Fuentes Gimón
En los últimos ocho años, la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz ha recibido 243 denuncias de torturas a ciudadanos por parte de funcionarios públicos. La mayoría de estos ataques son cometidos hacia hombres (190), con edades comprendidas entre 18 y 38 años (65%), que aún son estudiantes (22,22%), obreros (13,99%) o ejercen oficios varios (10,29%). 

“La tortura es practicada por algunos funcionarios y funcionarias de los cuerpos policiales y militares, con el objetivo de castigar, obtener información o amedrentar a la víctima”, se destacó a través de un comunicado de la Red de apoyo por la Justicia y la Paz, en el marco del Día Internacional de Solidaridad con Víctimas de Tortura, que se celebre el próximo 26 de junio.

La ONG reveló también que el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas es la policía más denunciada (con 24,69% de los casos), seguida de las regionales, en especial la Policía Metropolitana (con 12,35%), y de la Fuerza Armada Nacional, pues la Guardia Nacional tiene más de 12% de las denuncias y el Ejército, 5,76%.

“El método de tortura más común es el de golpear o patear a las víctimas, seguido de la agresión verbal o de amenazas de muerte y/o de tortura a un familiar”, se añadió en el comunicado. 

De acuerdo con la red de Apoyo por la Justicia y la Paz, 48,56% de las denuncias de torturas se registraron en el Distrito Capital, mientras que 11,93% fueron en el estado Miranda, 5,35% en Lara y 4,53% en Zulia.

Secuelas y lesiones
Casi todas las víctimas de torturas suelen tener lesiones físicas y secuelas. Más de 38% de estas personas presentan mialgias; 36,8%, contusiones; 25,5%, hematomas; 17,9% cicatrices; 17%, heridas; 12,7%, excoriaciones; y 10,4%, cefalea.

De las 243 víctimas que denunciaron entre enero de 2003 y junio de 2011, 40,6% reconoce quedar con miedo; 36,8%, con ansiedad y angustia; 34,9% con alteraciones del sueño; 25% con sentimientos de rabia e impotencia; y 17,5% con inapetencia.

En cuanto a las secuelas sociales, 10,85% cuenta que abandona su actividad laboral; 7,55%, sufre de un aislamiento social; 3,77%, abandona su vivienda; y más de 3% es rechazado por la sociedad.

La ONG aclaró que, aunque son significativas, las cifras reveladas no pueden ser tomadas en términos absolutos porque “por temor o desconocimiento, no todas las personas denuncian y a otras tantas víctimas se les dificulta acceder a la justicia”.

Sin embargo, exigió que la tortura sea erradicada en Venezuela, “que sean sancionados los torturadores y torturadoras, que se les brinde atención médica y psicológica a las víctimas hasta su plena rehabilitación, así como justa reparación y compensación de los daños causados a las víctimas, a sus familias y comunidades”.

Cuerpos de seguridad involucrados

2003-2007
2008
2009
2010
2011
TOTAL
Policías nacionales
38
4
9
11
12
74
Policías regionales
34
3
4
15
1
57
Fuerzas Armadas Bolivarianas
36
4
3
3
1
47
Policías locales
13
5
16
4
2
40
Acciones conjuntas
22
0
0
3
0
25
TOTAL
143
16
32
36
16
243

“Los pranes deben ser serios e íntegros”


Patty Fuentes Gimón
La mayoría de los reclusos venezolanos son hombres jóvenes de estratos sociales muy bajos. El propio Consejo Superior Penitenciario así lo revela. En su Diagnóstico Sociodemográfico de la Población destacó que 90,53% de los reos son varones, 45% tiene menos de 25 años de edad y 56,7% forman parte del estrato IV de la sociedad.

Sin ir muy lejos, el “pran” de Rodeo II, Yorvis Valentín López Cortez, alias “Oriente”, tiene tan sólo 26 años de edad; y su mano derecha, Yoifre Francisco Ruiz Estanga, cuenta con 20 años.

“Yoifre” es acusado de homicidio calificado con alevosía en contra de una joven de 18 años de edad, el 22 de febrero de 2009. En los dos años que el victimario ha estado recluido, ha logrado convertirse en el “segundo” de la cárcel.

No todos los internos pueden llegar a ser “pranes”. Existen ciertos códigos y reglas que deben cumplir sin salirse de la línea. “Ser pran es una responsabilidad demasiado grande. Tiene que ser una persona que, en cuanto a malandreo y rutina, debe ser íntegro y demasiado serio para no comerse la luz ni montarse por la acera. Tiene que mantenerse y prevalecer porque se sabe conducir, hablar y expresarse con las personas”, explica un ex presidiario que prefirió no revelar su identidad.

Muchos hombres caen presos y, gracias a que tienen contacto con alguno de los principales, son recibidos por el “carro”, es decir, por el gobierno carcelario de ese momento. “Su forma de conducirse y desenvolverse es lo que hace que escale rápido o que se quede estancado. Hay unos que, aunque lleguen al carro, no pasan de ser ‘luceros’ (los que están por debajo de los pranes). No se requiere mucho que maten, sino que sean inteligentes, serios, tengan currículo, que haya caído preso porque hacían asaltos a blindados, o a bancos o vendían droga pesada. Deben saber hablar ante la multitud, no ser impulsivos, ni agresivos y no involucrar a la gente cuando hablan porque si malinterpretan los códigos, van a estar chocando siempre.”, añade el exrecluso.

¡Cuidado con comerse la luz!
Faltar a los códigos puede ser cobrado con un “tobillero” (disparo en el pie), con un “manero” (tiro en la mano) e incluso con la vida.

El ex presidiario, que prefirió mantenerse en el anonimato, describe que, por ejemplo, cuando “cantan la luz” (todos deben ingresar a sus celdas), si algún detenido no lo cumple y observa algo que “todavía para él no estaba permitido ver”, le cuesta la vida. “Si ve una caleta, el sitio donde se guardan las pistolas, es un código de muerte”, dice.

También ejemplifica que nadie puede agarrar el celular de otro reo y que los que forman parte del “carro” no deben agacharse a recoger el jabón cuando se están bañando porque los sacan de la organización.

“Si eres un lucero y te metes en deudas, te gusta consumir drogas y no pagas, te corren. A los que consumen drogas los ven como no aptos para ser pranes porque están enfermos. Los pranes pueden tomar pero se tienen que controlar porque si son fumones y agarran real de la causa (dinero que recogen de la población y de ellos mismos para comprar balas y armas), les cuesta la vida. La mayoría de los pranes no consumen drogas”, asegura.

El ex detenido sostiene además que, para matar, los “pranes” deben tener motivos. “No pueden matar sin base porque, si se ponen a matar gente porque les da la gana, se les voltean y los matan”, advierte.

Más organización
Hasta el año 2007 no existían los gobiernos en las prisiones. “Todo el mundo era ‘indio’. Cada cual tenía que demostrar quién era, peleando con chuzos o con pistolas, demostrar que era un varón, pero por su valentía. Luego se empezaron a formar bandas como ‘Barrio Chino’, ‘Corte Negra’ o ‘Los Cazafantasmas’, que fueron los primeros ‘carros’ donde están los parqueros (que guardan las armas), los sicarios (que matan a la gente) y los que administran el dinero y las armas. Se ha convertido en una delincuencia organizada para los crímenes”, añade el ex presidiario.

El hombre señala asimismo que hasta hace aproximadamente 8 años “había mucho cambio de gobierno porque muchos no estaban de acuerdo con los mandatos y mataban a los pranes. Eso pasó hasta que empezaron a agarrar más organización. Ahora hay una línea, un patrón ya formado donde todo el mundo se ha adaptado a respetar los lineamientos de la persona que está de principal”.  

¿Cómo es que entran las armas?
La ONG Una Ventana a la Libertad acudió ayer a la Fiscalía General de la República para exigir que se investigue el ingreso de armas a los recintos carcelarios, se busque y se sancione a los responsables.
En concordancia con los artículos 51 y 55 de la Constitución y con lo dispuesto en el numeral 3 del artículo 120 del Código Orgánico Procesal Penal, la ONG solicitó que “se garantice una investigación expedita, transparente y apegada al debido proceso legal y se designe a un fiscal nacional para que conozca e investigue el ingreso de armas” a las prisiones.

Desobediencia civil
Reclusos del retén Puente Ayala, en Barcelona, estado Anzoátegui, se declararon ayer en desobediencia civil para rechazar la actuación de la Guardia Nacional en la toma de las cárceles Rodeo I y II.
Como parte de la protesta, los internos del retén Puente Ayala se negaron a ser trasladados a los tribunales hasta que el Gobierno finalice la toma de Rodeo I y II.
“Rechazamos la toma de Rodeo II. No es justo cómo tratan a los presos. Metieron tanquetas para tomar esa cárcel. Nos declaramos en desobediencia civil, apegados al Código Penal. No iremos a los tribunales hasta que cese la violencia dentro del Rodeo”, denunció uno de los internos, quien también indicó que los internos de dicho penal se han comunicado con ellos y les han mostrado pruebas de los asesinatos por parte de la GN.
El recluso además informó que los 800 internos trasladados el pasado domingo al penal de Barcelona se encuentran en buenas condiciones, aunque fueron hacinados en un espacio muy pequeño. Desmintió que hayan iniciado una huelga de hambre como parte de la protesta, pero no descartan iniciarla para apoyar a los internos del Rodeo.

“Los pranes pueden tomar, pero se tienen que controlar, porque si son fumones y agarran real de la causa, les cuesta la vida”
Ex presidiario anónimo

martes, 21 de junio de 2011

“Lo que reina es un silencio desesperante”



Patty Fuentes Gimón
Foto: Saúl Uzcátegui
“Si me pasa algo, cuídame a mi hija. Tú sabes que las amo y las adoro. Chao, chao, que esto es rapidito”. Estas fueron las últimas palabras que Génesis escuchó de su esposo el pasado jueves cuando sabía que pronto iba a ser trasladado. Desde entonces, no ha sabido más nada de él.

La esposa del recluso de Rodeo I relata que los “pranes” les dijeron a todos los reos que llamaran a sus familiares para despedirse porque la Guardia Nacional iba a ingresar al penal.

“¿Qué puedo pensar? No sé si está vivo, muerto o herido. Desde el viernes he estado en la cárcel, pero lo único que he recibido son bombas y corre corre. Nadie nos dice nada. Es como para volverse loco porque la gente dice que los quemaron, los mataron, los descuartizaron o que los tienen en la nevera. Esto es una agonía”, expresa Génesis.

La mujer denuncia que no han publicado todas las listas y que las únicas que hay son de los vivos. “Aquí lo que reina es un silencio desesperante. Lo único que pedimos es información, que nos digan si están vivos y en dónde; así nos quedamos más tranquilas, pero se filtra demasiada información que a la final uno no sabe qué creer. Yo creo que en ninguna película se escuchan tantos disparos como los del viernes. ¿Qué podemos pensar entonces?”, se pregunta.

El esposo de Génesis fue detenido hace 30 días presuntamente por complicidad en un asesinato que ocurrió hace 3 años. “La juez de control le dictó una medida privativa de libertad mientras se realizaban las averiguaciones. Se supone que iba a pasar 45 días en Rodeo I y luego tenía su preliminar, donde se iba a demostrar que es inocente y, con el favor de Dios, salía a la calle. Ahora imagínate en cuánto se van a convertir esos días. Dos semanas lo van a tener en otra cárcel, mientras reacondicionan la prisión, luego lo traen, los organizan… Eso no es vida. Hay gente que dice que esos 45 días se les convierten en 2 años por el retardo procesal”, señala.

Como Génesis está la mayoría de los familiares de los internos de Rodeo I. Pasan los días y aún no saben en dónde y en cuáles condiciones se encuentran sus parientes, pues las autoridades no han publicado siquiera las listas de los fallecidos en la primera reyerta que se presentó el domingo 12.

Ahora es culpa de las ONG
La Fiscalía General de la República investigará a diversas ONG por sus supuestas vinculaciones con los hechos de violencia suscitados en Rodeo I y II los últimos días.

La información la dio a conocer un interno de Rodeo II que declaró a Venezolana de Televisión que “las orientaciones que en las cárceles se reciben provienen de muchas ONG de Derechos Humanos, de la oposición. Lo que buscan es crear un caos para provocar una emergencia penitenciaria a nivel nacional. Ellos utilizan el hacinamiento y el retardo procesal para desmeritar las acciones emprendidas para mejorar el sistema penitenciario”.
Ante esta situación, la directora de Derechos Fundamentales del Ministerio Público, María Mercedes Berthé, destacó que “no pueden asegurar que sean ciertas o no las declaraciones de estas personas. Nosotros seguiremos investigando para conocer la verdad de estos hechos”.

lunes, 20 de junio de 2011

"¡Escucha los disparos!"



Patty Fuentes Gimón
Foto: Saúl Uzcátegui
“¡Escucha los disparos, escucha los disparos! Por favor, necesitamos ayuda; aquí hay un poco de muertos y de heridos. Esta gente se volvió loca disparando pa’ la torre”, manifestaba vía telefónica un reo de Rodeo I el pasado viernes.

Rumores iban y venían. La sensación de incertidumbre invadía a los familiares, que obstaculizaron el paso de Guatire como forma de protesta y para impedir que se realizara el traslado masivo a otro centro de reclusión. Quemaron cauchos ante la falta de información de la última semana y en contra de las acciones de la Guardia Nacional que, en diversas ocasiones, lanzó bombas lacrimógenas contra ellos.

“Nosotros estamos tranquilos, pero los verdes están prendiendo la torre en candela. ¿Será que nos van a sacar a todos achicharrados de aquí? Nosotros les respetamos su espacio pa’ que ellos también nos respeten el nuestro. Si nadie viene a ayudarnos, ellos van a hacer más desastres”, decía el recluso que prefirió no revelar su identidad.

Otro interno también denunciaba que los funcionarios de la GN los estaban matando “a mansalva… Estos tipos lo que quieren es matarnos a todos. Ya hay como 18 heridos”. Hasta el cierre de esta edición, se había conocido extraoficialmente que eran 11 los fallecidos y entre 20 y 23 los heridos de ese día.

Aunque las autoridades reiteraban sus intenciones de “preservar la vida de los reos”, los uniformados ya habían advertido que “tenían la orden de requisarlos y trasladarlos a sangre y fuego, así tuvieran que arrastrar los cadáveres”, contaba el padre de un interno.

La familia sufre igual
“¡Los están matando, Dios mío, los están matando!”, exclamaban las madres, hermanas y esposas de algunos reclusos, tras ver una fotografía que llegó al celular de una de las familiares de un interno fallecido de tres disparos.

Una mujer lamentaba no haber sabido nada de su esposo. “No hemos tenido nada de comunicación. No sabemos si están vivos. Nos dijeron que muchos han muerto asfixiados y que los tienen desnudos, tirados en el piso y desarmados, pero la Guardia les sigue dando tiros, como si fuesen animales. Ambulancias vienen y van, llegan militares y tanques de guerra a cada rato. Es mentira que la Guardia entró de buena manera; desde el principio lanzaron tiros y bombas lacrimógenas”, señalaba.

Otra de las familiares explicaba que Rodeo I y II se unieron para no ser trasladados, por lo que los muertos serían responsabilidad de la Guardia Nacional. “No queremos que los trasladen porque están mal vistos en otros penales y allá los van a matar”, aseguraba.

Un secreto a voces
Que la Guardia Nacional arremeta contra los reclusos no es nuevo. Por el contrario, pareciera que las verdaderas funciones que les toca cumplir a los efectivos hayan sido olvidadas.

“Los guardias deberían estar ahí para proteger a los presos y tener una integridad en el penal, pero lo primero que hacen es pasarles las armas y la droga. Si las personas van a un centro penitenciario es para reivindicarse, no para salir peores de ahí”, sostenía la madre de un reo.

Las pocas veces que los hombres pueden visitar a sus reclusos, tienen que escuchar la frase: “Hay 50 mil maneras de entrar”, es decir, deben pagar Bs 50 para poder ver a sus familiares.

Los efectivos se aprovechan de todas las situaciones para cobrar. Si los parientes quieren llevar una tostiarepa, un televisor o un celular, deben cancelar al menos Bs 1.000. Para ingresar al penal cuando se hacen las 12 del mediodía y la cola es muy fuerte, las mujeres pagan Bs 50.

“Nos insultan y nos tenemos que calar las humillaciones para poder ver a nuestros familiares y llevarles comida. Cuando van los niños, los guardias también hacen de las suyas. Cierran las puertas y salen ese poco de niños asfixiados. Ellos no tienen compasión con nadie”, expresaba la hermana de un detenido.

La joven además denunciaba que la comida que llevaron a sus parientes el pasado miércoles “la cagaron y la orinaron los verdes. La abrieron también para que las moscas hicieran pupú. El Gobierno dice que son 22 muertos los del domingo 12, pero pasan de 200, más los 300 heridos. Todavía hay muertos allá adentro. ¿Qué hacen? Los pican y los mandan pa’ la morgue. La Guardia les cae a puñaladas cuando ya están muertos”, añadía.