Patty Fuentes Gimón
Eran las 10:30 de la mañana. El productor Arturo Camaripano entraba a su finca San Ramón en las Mercedes del Llano, estado Guárico. Su asistente agropecuaria, Carmen González, iba de copiloto en la Nissan Frontier que fue interceptada por otro automóvil. Varios sujetos se bajaron de la camioneta y se llevaron secuestrados a Camaripano y a González.
Ha transcurrido casi un año desde entonces y los familiares de los plagiados siguen esperando su liberación. “Fue el 4 de febrero de 2010 cuando comenzó toda esta odisea. Yo me enteré como a las 12 del mediodía que se me ocurrió llamarlo al teléfono de la finca, me dijeron que no había llegado y de una vez pensé: ‘Se lo llevaron’. Lo supuse porque él me había dicho varias veces que lo llamara; no sé si tenía un mal presentimiento o qué”, expresa Diana Camaripano, la segunda de los seis hijos de Arturo Camaripano.
Aunque los propietarios de San Ramón no habían recibido amenazas, la joven de 27 años explica que “siempre teníamos miedo de que nos secuestraran porque con la delincuencia que hay en el país uno siempre está alerta”.
La misma noche del secuestro, se presentaron en la casa de los Camaripano, a media hora de la hacienda, funcionarios del Cicpc y de la Guardia Nacional. “Durante el día no hubo ni una alcabala en todo el estado. Era como si no hubiera pasado nada porque todo el mundo estaba en el desfile del 4 de febrero con Chávez… Nadie me contestaba, tenían los teléfonos apagados. Nosotros mismos fuimos los que encontramos el carro al día siguiente: estaba en la vía Agua Blanca, cerca de Calabozo”, relata.
Dos semanas después, los secuestradores se comunicaron con la familia González y dieron la orden de que compraran un celular Digitel y otro Movilnet. “Nos llamaron al día siguiente, tenían acento como colombiano. Desde ahí empezaron las negociaciones, nos pidieron Bs.F. 15 millones y nos dijeron que si no, los iban a matar. Después bajaron la cantidad, pero cuando les pedíamos fe de vida nos subían el monto. No he visto fotos ni videos de mi papá, sólo nos ha respondido preguntas secretas que nada más puede saber él y el 26 de febrero recibimos una carta escrita por la señora Carmen diciendo que negociáramos rápido porque estar secuestrado es muy malo”, añade.
Los familiares no han tenido contacto con los plagiarios desde el 26 de septiembre ni han podido localizarlos porque las llamadas que recibían son desde una plataforma internacional.
“La última vez nos pidieron 2 millones de bolívares. No tenemos ese dinero porque mi papá es el único que puede vender y negociar porque todo está a su nombre; no manejamos dinero en efectivo”, indica.
“El Gobierno dice que está trabajando en esto, pero hasta que no me traigan a mi papá, no será efectiva su labor”
Diana Camaripano, hija de Arturo Camaripano
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