Patty Fuentes Gimón
Alrededor de cinco meses demoró el Gobierno en devolver a los reos a sus centros de reclusión de origen: Rodeo I y II. Aunque había prometido tomar esta medida 15 días después de que concluyó el enfrentamiento en dichas prisiones, en julio, no fue sino hasta esta semana que fueron trasladados los 382 privados de libertad que se encontraban provisionalmente en Uribana (Barquisimeto).
El motivo de estas reubicaciones era el de acondicionar las infraestructuras de ambas cárceles. Sin embargo, el deterioro era tal que “invertían menos en tumbarlos y hacer uno nuevo que en tratar de recuperarlos”, asegura la coordinadora del área judicial del Observatorio Venezolano de Prisiones, Marianela Sánchez
Pese a que sostiene que no le ha sido permitido el acceso a las prisiones, estima que “pusieron paños de agua caliente: pintaron y rompieron, pero no creo que hayan resuelto el problema de las tuberías, de las aguas negras. Tampoco sé si tomaron en cuenta lo que más les importa a los reclusos: buena alimentación, canchas, baños y camas”.
Al respecto, la madre de un recluso que fue trasladado el lunes de Uribana a Rodeo I, Yolanda Carrillo, relata que arreglaron las celdas, pero no los baños. “No he podido entrar, la visita es a partir del sábado, pero dicen que es más bonito que antes. Ya no se ven el poco de ranchitos que tenían con sábanas; ahora tienen camas y colchoncitos. Un señor que salió de ahí en estos días me contó que no tienen baños; las necesidades tienen que hacerlas ahí delante de todos y que eso es vergonzoso”, añade.
Oportunidad para clasificar
Que esta semana hayan devuelto a los reos a Rodeo I y II es favorable siempre y cuando se haya tomado en cuenta la clasificación de la población penal, al menos separando a los penados de los procesados.
“Mucha gente fue sacada de su jurisdicción penal y eso agudizaba más el retardo procesal. También los separaba de sus núcleos familiares porque no tienen los medios económicos para visitarlos en otros estados. No sé si hicieron un censo porque hay mucha desinformación por parte del Gobierno, pero esperamos que los que ya fueron trasladados a Guatire sean procesados para que retomen su control judicial y se realicen de nuevo las audiencias Si no se está trabajando la clasificación de la población, será más de lo mismo”, explica Sánchez.
En cuanto a los penados, la experta en materia carcelaria indica que tienen un tratamiento distinto porque en la fase de ejecución se designan jueces de control y vigilancia en cualquier parte del país con el fin de continuar con sus procesos judiciales.
Para evitar el hacinamiento en Rodeo I y II, la vocera del OVP sugiere que se haga un traslado progresivo de los internos que tienen su jurisdicción penal en Miranda y Distrito Capital. Se refiere a los que en julio fueron llevados a Los Teques, al anexo de Tocorón y a Yare I y II.
“Probablemente, los primeros fueron los de Uribana por la demanda de la población reclusa y porque la semana pasada se practicó un Coliseo después de que había una tregua con la ministra Iris Varela. Ahora, deben empezar a agilizar las causas para ir llevando a los demás, poco a poco, a Guatire”, dice y recuerda que la capacidad instalada de Rodeo I es de 750 reclusos y la de Rodeo II, de 500.
Nuevas reglas
La situación de las visitas también cambió en Rodeo I y II. “Nos han contado que no podemos pasar con pantalones largos, tacones, prendas ni ropa oscura. No dejan pasar dinero, así que no sé qué irán a comer. Sólo puedo llevar comida que no tenga hueso porque supuestamente con eso hacen chuzos. Tampoco puedo llevarle más de una sábana ni abrigos con capucha. Ya no pueden usar pantalón. Antes todos estaban con pura ropa de marca. Ya no dejan pasar ropa de marca, suéter manga larga, gorra ni lentes. Quitaron las visitas conyugales y las pernoctas”, cuenta la madre de un reo que fue trasladado el lunes de Uribana a Rodeo I, Yolanda Carrillo.
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