miércoles, 23 de noviembre de 2011

Ataques a periodistas no se castigan


Patty Fuentes Gimón
Eran casi las cinco de la tarde. Pierre Gerges se encontraba en la bomba Texaco de Chuao, en Caracas. De repente, una moto se aproximó al lugar, se bajó el parrillero y le propinó más de 12 disparos al entonces vicepresidente del diario Reporte de la Economía.

Así de rápido acabaron con la vida de Gerges, pero por el contrario, la investigación ha sido tan lenta que hoy, a más de tres años del suceso, no se ha hecho justicia.

Entre enero de 2010 y agosto de 2011, el Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela registró al menos 75 agresiones a periodistas, de las cuales sólo 31 (26%) fueron denunciadas y ocho tuvieron algún tipo de reparación. Esto quiere decir que únicamente tres de cada diez comunicadores sociales atacados denuncian y que siete de cada diez ataques contra periodistas, que han sido formalmente denunciados, permanecen impunes.  

“Estamos incluyendo en esos datos a las víctimas que se sintieron reparadas por ejemplo porque despidieron a su agresor del organismo donde trabajaba o porque le devolvieron la cámara que le habían incautado. Sin embargo, sólo son cuatro los casos en los cuales hubo algún tipo de decisión judicial”, explicó el director ejecutivo de Ipys Venezuela, Ewald Scharfenberg.

Con motivo del Día Mundial para terminar con la Impunidad, que se celebra hoy por primera vez, Scharfenberg destacó que los 75 episodios que contabilizaron no incluyen “el universo de otro tipo de amenazas contra la libertad de expresión, como el cierre de medios, las medidas judiciales, las penas administrativas, etc.”.

Ciudadanía afectada
La autocensura es la primera consecuencia de las agresiones a periodistas, por parte de la persona afectada como de sus colegas por temor. Pero quien realmente sufre los efectos es la ciudadanía, pues deja de informarse acerca de situaciones que podrían resultar de su interés.

“No hay una cultura de Derechos Humanos que nos lleve a activar el mecanismo de denunciar cuando somos objeto de una agresión. Algunos no lo hacen porque piensan que no va a ser eficaz y otros porque creen que las autoridades están vinculadas con el agresor. El problema es que cuando hay agresión contra periodistas y no hay sanción, el agresor se puede sentir tentado a seguir cometiendo actos de este tipo”, señala el director ejecutivo de Ipys Venezuela.

Por esta razón, la mencionada organización solicita al Estado que tome acciones para sancionar a los responsables de ataques y agresiones contra periodistas y reparar a los afectados. Asimismo, alerta que el próximo año podría ser muy violento para la prensa.

“Se aproxima un año electoral y las tensiones se agravan, ya que los picos de ataques contra periodistas crecen. Estamos teniendo un marco de tormenta perfecta para 2012: la suma de impunidad más el año electoral”, añade.

500 periodistas en todo el mundo fueron asesinados en los últimos 10 años. Sólo se resolvió 10% de los casos

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