Patty Fuentes Gimón
(desde Oslo, Noruega)
Haber perdido gran parte de su popularidad en su país no lo empequeñece. Por el contrario, la firmeza y la seguridad caracterizan cada una de las frases del ex presidente de Perú Alejandro Toledo. A su juicio, el mandatario venezolano Hugo Chávez representa un peligro para la estabilidad de Latinoamérica, o al menos así lo afirmó la semana pasada durante una entrevista exclusiva que ofreció al diario TalCual, en el marco del Oslo Freedom Forum, llevado a cabo en Noruega.
—¿Cómo calificaría usted la situación de Derechos Humanos en Venezuela?
—Los ingredientes más importantes de la democracia son la libertad de expresión, los DDHH y la independencia de poderes. Si la Carta Democrática Interamericana se aplicara en Venezuela, Hugo Chávez no debería estar en el poder. Soy un defensor acérrimo de la democracia y veo en Chávez una amenaza desestabilizadora en la región porque utiliza un concepto de Bolívar a su antojo.
—¿En qué sentido desestabiliza?
—Desestabiliza la Comunidad Andina y América del Sur con la creación de su nueva organización que trata de reemplazar a la OEA. Veo en Hugo Chávez un ejemplo de cómo no se debe manejar una economía en América Latina, con altos niveles de inflación. Él y yo concordamos, por lo menos en palabras, en el tema de la pobreza y la desigualdad, pero discrepamos fuertemente en la manera de hacerlo. Él cree que se resuelve el problema de la pobreza regalándole pescado a la población, para arrancarle un aplauso, mientras que yo creo que hay que darle el derecho de aprender a pescar, aunque esto demore. No quiero entrar en los asuntos internos de Venezuela, pero la economía está muy complicada. Su decisión de influenciar la política en otros países de América Latina es una intromisión inaceptable. Se lo he dicho personalmente, escrito y en público.
—¿Cuál es la reacción del presidente Chávez cuando usted le hace esa crítica?
—Es un niñito que cuando juega pelota y no le gustan las reglas del juego, agarra su pelota y dice: “Yo no juego, me llevo la pelota”. No cambio mi posición… Ya son varios años. Yo cometí un error en el año 2002 cuando en la reunión del Grupo de Río, en San José de Costa Rica, salimos a defenderlo porque pensábamos que era un golpe de Estado, pero ahora me doy cuenta de que estábamos defendiendo a un autoritario. No le permito cuando se entromete en los asuntos internos de otros países o en mi país. A mí me gustan las cosas claras. Yo no soy una persona de un liberalismo, yo vengo de un régimen moderno de centroizquierda. Me gusta manejar la economía con la derecha para distribuirla con la izquierda, pero no con el populismo.
¿El fin de Chávez?
Alejandro Toledo asegura que Hugo Chávez es “la antítesis de los valores democráticos”, cosa que según afirma, se la ha hecho saber personalmente. “No tengo problema de conversar con él. Él sabe mi posición, se la he dicho de muchas maneras. Sabe que estamos en esquinas distintas y no me gustan las medias tintas”, señala.
—¿Qué opina de que Chávez haya salido de la Comunidad Andina de Naciones y quiera entrar al Mercosur?
—Creo que no son excluyentes. Lo que pasa es que él quiere imponer una agenda política a la Comunidad Andina. Se retiró cuando yo presidía la CAN.
—¿Tuvo esto que ver con la decisión del presidente venezolano?
—No, pero él dijo que no quería un acuerdo comercial con la Unión Europea ni con Estados Unidos. Tenía otras prioridades y desintegraba a los cinco países de la CAN. Creo que está convenientemente colocándose en Mercosur, pero eso depende de los países que lo forman. Para una América Latina que podría tener una enorme potencialidad en el mundo en los próximos 10 ó 15 años, creo que Chávez es un obstáculo que impide que dé un salto de ser un continente predominantemente exportador de materias primas a uno productor de conocimiento, de darle valor agregado a nuestra producción, de ser una economía del conocimiento y, consecuentemente, menos vulnerable a las fluctuaciones de los precios del petróleo o de los minerales en el mercado internacional. Hugo Chávez va a durar mientras el precio del petróleo esté adelante.
—Si Ollanta Humala triunfa en Perú, ¿qué pasará con los llamados perseguidos políticos de Venezuela que están exilados en su país?
—No puedo predecir eso. La situación es mucho más aguda en el Perú. El dilema que se tiene para escoger es tan complicado que no me he puesto a pesar en eso. Si el ganador sigue la línea de Hugo Chávez, obviamente los puede expulsar.
—¿Cuál considera usted que es el Derecho Humano que más se vulnera en Venezuela?
—La libertad de expresión. Hace ocho meses yo me metí en la boca del lobo. La Sociedad Interamericana de Prensa organizó un evento especial en Venezuela. Llegué a las 12 de la noche y a las dos de la mañana vi en la televisión que el Congreso de la República me había declarado persona non grata por haber aceptado la invitación de la SIP. Para mí eso fue una condecoración. Dije lo que tuve que decir en la conferencia de la SIP y me fui. No pude tomarme un café con Chávez.
—¿Tendrá temor el presidente Chávez de la presión internacional?
—Ya tiene controlada la mayor parte de los medios de comunicación y tiene chantajeada a mucha gente. No le gusta que alguien emerja como un potencial adversario. Mi experiencia personal de haber liderado un movimiento que permitió tumbar a una dictadura como la de Fujimori me deja ver que en Venezuela la oposición está muy fragmentada y Chávez ha contribuido a dividirla. Además, tiene dinero para financiar y subsidiar, y tiene una población sujeta a un clientelismo político porque le da dinero en una situación de economía enferma.
—Pareciera entonces que el fin de Hugo Chávez no se ve cerca…
—Depende de lo que pase con el movimiento que se está produciendo en los países árabes. Lo que sucede en Egipto, Libia, Siria y Marruecos crea una crisis que impacta sobre el precio del petróleo. Si el precio baja, Chávez podría tener problemas, pero estará bien mientras tenga plata y no tenga a nadie que fiscalice, porque tiene controladas las instituciones y no existe rendición de cuentas. Creo que lo peligroso de Chávez también es su vinculación con Irán y Siria, es trasladar el conflicto del Medio Oriente a América Latina. Creo que los líderes latinoamericanos necesitan tener coraje, alzar su voz porque el silencio puede ser señal de complicidad. Más claro no canta un gallo.
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