Por: Patty Fuentes Gimón
Eran las 4:30 am. Nino Pacheco regresaba en moto de celebrar su cumpleaños en un local nocturno. Se dirigía a su casa en el sector Capuchinos, avenida San Martín de la parroquia San Juan. Dos amigos lo acompañaban.
"¡Alto!", escucharon a lo lejos, pero no se detuvieron. En cuestión de segundos, se sintió una detonación y Pacheco cayó al suelo: había recibido un tiro de FAL en la región occipital que lo dejó sin vida a sus recién cumplidos 22 años.
El disparo, presuntamente, provino del sargento II Junior José Oropeza Gómez, de 23 años de edad, funcionario de la Guardia Nacional que resguardaba la zona el pasado viernes 15 de octubre en una carpa del Dibise.
Al día siguiente, un tribunal de control dictó medida privativa de libertad contra este funcionario en el Regimiento de Seguridad Urbana de Fuerte Tiuna. El delito del sargento Oropeza es uno de los pocos que podría no quedar impune, pues se estima que por cada cien homicidios sólo hubo nueve detenciones en 2009.
Según el libro Impunidad y Violencia Policial en Venezuela 2000 2009, publicado en septiembre de 2010 y escrito por el investigador Pablo Hernández, estas cifras han ido incrementando.
En 1998 por cada cien homicidios se detenían a 100 sospechosos o imputados; en el año siguiente las detenciones bajaron a 58; en 2000, a 18; "hasta llegar a la insólita cifra de 2009".
"El grado de impunidad es de 91%, lo que significa que los asesinos en Venezuela tienen por cada cien homicidios 91% de probabilidades de cometer un crimen perfecto", agrega Hernández en su publicación. Los delitos consumados por cuerpos policiales no se escapan de la impunidad.
El Informe Anual 2008 de la Fiscalía General de la República, reveló que de enero de 2000 a noviembre de 2007, se registraron 7.243 ejecuciones por parte de uniformados, de los cuales apenas 1.273 fueron acusados y 2.127 tuvieron imputación fiscal, pero sólo 412 fueron detenidos, lo que representa 6% del total.
En los siete años evaluados por la Fiscalía, se presentaron 350 violaciones mensuales (12 al día) a los Derechos Humanos por parte de los cuerpos policiales y militares.
CORRUPCIÓN Y AJUSTICIAMIENTOS
"Hace mucho tiempo, si un policía tenía un carro que no se justificaba con su sueldo, se prendían alertas importantes. Hoy en día, vemos a funcionarios con vehículos y fortunas que no corresponden con lo que gana, pero nadie les dice nada. Eso es precisamente lo que ocasiona la impunidad".
Así lo destaca Javier Gorriño, abogado experto en materia policial, quien asegura que "al funcionario lo enseñan a corromper dentro de la policía" y señala que existen dos tipos de corrupción: la blanca y la negra. La blanca es bien vista por los jefes y la negra no.
"Por ejemplo, que el policía almuerce gratis o que compre los muebles de su casa en 50% es permitido, pero que cometa delitos de mayor gravedad no es aceptado por los jefes. Sin embargo, la blanca es tan delincuencial como la negra", aclara.
Respecto a los homicidios efectuados por funcionarios, Gorriño afirma que en la mayoría de los casos el policía, como parte de una sociedad cansada de la impunidad, quiere hacer justicia por su propia mano.
"Ellos suelen simular enfrentamientos con los delincuentes para solventar el problema judicial por su propia mano. Se ha perdido la confianza en el poder judicial y ha llegado al punto en el que hasta la misma ciudadanía prefiere pagarle a un malandro para que vengue la muerte de algún familiar antes de acudir a las instancias competentes", añade.
MÁS POLICÍAS, MÁS DELINCUENCIA, MÁS IMPUNIDAD
De 1976 a 1998, la tasa de homicidios pasó de 7,95 a 19,43 por cada 100 mil. A partir de 1999, la situación empeoró: el año pasado cerró, de acuerdo con cifras oficiales, con 16.047 asesinatos, es decir, la tasa aumentó a 56,54 por cada 100 mil. Mientras que en 23 años la tasa de homicidios creció en 250%, en tan sólo diez años casi se triplicó.
Para solucionar el problema de la violencia, el Estado incrementó los gastos para la seguridad y el número de cuerpos policiales.
En el año 2000, el 23% del presupuesto nacional fue destinado a la seguridad pública y, en 2007, casi 30% fue invertido en esa materia. Sin embargo, esto "se ha traducido en un vertiginoso aumento de la inseguridad, el crimen y la violencia", dice Pablo Hernández en su libro.
Para 1990 sólo existían 22 cuerpos policiales uniformados; posteriormente, se crearon 101 más. La tasa policial para julio de 2008 era, según el Centro de Estudios de la Justicia de las Américas, de 281 policías por cada 100 mil habitantes.
Si a esta cifra se le suman los funcionarios de la Guardia Nacional, del Cicpc, y el Cuerpo de Vigilantes de Tránsito Terrestre, asciende a 457 efectivos.
Hernández señaló en su publicación que, en los 15 meses siguientes al Informe 2008 de la Fiscalía, este organismo recibió 10.103 casos de delitos cometidos por funcionarios, mientras que durante los ocho años comprendidos entre 2000 y 2007, hubo sólo 33.259 denuncias.
En apenas 15 meses se duplicaron las violaciones a los Derechos Humanos, lo que lleva a Gorriño a aseverar que "lo ideal no es tener más, sino mejores policías".
CIFRAS
1 de cada cinco delitos registrados en Venezuela es cometido por un funcionario de un cuerpo policial
99,99% de probabilidades tienen los policías de no ser detenidos ni juzgados. De cada mil delitos, uno es penado
7 de cada diez venezolanos que denuncian son objeto de amenazas, hostigamiento y acusaciones criminales
56 por cada 100 mil habitantes es la tasa de homicidios en Venezuela. En 15 meses se duplicaron las violaciones a DDHH
8 de cada 10 víctimas de violaciones a los Derechos Humanos ni siquiera ven a un juez aunque denuncien
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