Patty Fuentes Gimón
Foto: Saúl Uzcátegui
“¡Escucha los disparos, escucha los disparos! Por favor, necesitamos ayuda; aquí hay un poco de muertos y de heridos. Esta gente se volvió loca disparando pa’ la torre”, manifestaba vía telefónica un reo de Rodeo I el pasado viernes.
Rumores iban y venían. La sensación de incertidumbre invadía a los familiares, que obstaculizaron el paso de Guatire como forma de protesta y para impedir que se realizara el traslado masivo a otro centro de reclusión. Quemaron cauchos ante la falta de información de la última semana y en contra de las acciones de la Guardia Nacional que, en diversas ocasiones, lanzó bombas lacrimógenas contra ellos.
“Nosotros estamos tranquilos, pero los verdes están prendiendo la torre en candela. ¿Será que nos van a sacar a todos achicharrados de aquí? Nosotros les respetamos su espacio pa’ que ellos también nos respeten el nuestro. Si nadie viene a ayudarnos, ellos van a hacer más desastres”, decía el recluso que prefirió no revelar su identidad.
Otro interno también denunciaba que los funcionarios de la GN los estaban matando “a mansalva… Estos tipos lo que quieren es matarnos a todos. Ya hay como 18 heridos”. Hasta el cierre de esta edición, se había conocido extraoficialmente que eran 11 los fallecidos y entre 20 y 23 los heridos de ese día.
Aunque las autoridades reiteraban sus intenciones de “preservar la vida de los reos”, los uniformados ya habían advertido que “tenían la orden de requisarlos y trasladarlos a sangre y fuego, así tuvieran que arrastrar los cadáveres”, contaba el padre de un interno.
La familia sufre igual
“¡Los están matando, Dios mío, los están matando!”, exclamaban las madres, hermanas y esposas de algunos reclusos, tras ver una fotografía que llegó al celular de una de las familiares de un interno fallecido de tres disparos.
Una mujer lamentaba no haber sabido nada de su esposo. “No hemos tenido nada de comunicación. No sabemos si están vivos. Nos dijeron que muchos han muerto asfixiados y que los tienen desnudos, tirados en el piso y desarmados, pero la Guardia les sigue dando tiros, como si fuesen animales. Ambulancias vienen y van, llegan militares y tanques de guerra a cada rato. Es mentira que la Guardia entró de buena manera; desde el principio lanzaron tiros y bombas lacrimógenas”, señalaba.
Otra de las familiares explicaba que Rodeo I y II se unieron para no ser trasladados, por lo que los muertos serían responsabilidad de la Guardia Nacional. “No queremos que los trasladen porque están mal vistos en otros penales y allá los van a matar”, aseguraba.
Un secreto a voces
Que la Guardia Nacional arremeta contra los reclusos no es nuevo. Por el contrario, pareciera que las verdaderas funciones que les toca cumplir a los efectivos hayan sido olvidadas.
“Los guardias deberían estar ahí para proteger a los presos y tener una integridad en el penal, pero lo primero que hacen es pasarles las armas y la droga. Si las personas van a un centro penitenciario es para reivindicarse, no para salir peores de ahí”, sostenía la madre de un reo.
Las pocas veces que los hombres pueden visitar a sus reclusos, tienen que escuchar la frase: “Hay 50 mil maneras de entrar”, es decir, deben pagar Bs 50 para poder ver a sus familiares.
Los efectivos se aprovechan de todas las situaciones para cobrar. Si los parientes quieren llevar una tostiarepa, un televisor o un celular, deben cancelar al menos Bs 1.000. Para ingresar al penal cuando se hacen las 12 del mediodía y la cola es muy fuerte, las mujeres pagan Bs 50.
“Nos insultan y nos tenemos que calar las humillaciones para poder ver a nuestros familiares y llevarles comida. Cuando van los niños, los guardias también hacen de las suyas. Cierran las puertas y salen ese poco de niños asfixiados. Ellos no tienen compasión con nadie”, expresaba la hermana de un detenido.
La joven además denunciaba que la comida que llevaron a sus parientes el pasado miércoles “la cagaron y la orinaron los verdes. La abrieron también para que las moscas hicieran pupú. El Gobierno dice que son 22 muertos los del domingo 12, pero pasan de 200, más los 300 heridos. Todavía hay muertos allá adentro. ¿Qué hacen? Los pican y los mandan pa’ la morgue. La Guardia les cae a puñaladas cuando ya están muertos”, añadía.
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