miércoles, 13 de julio de 2011

“Las niñas cambiaron mucho en este año”



Patty Fuentes Gimón
Ha transcurrido un año desde que la casa del ingeniero Alejandro Peña Esclusa fue allanada por efectivos del Sebin, quienes lo llevaron detenido presuntamente por haber hallado explosivos C4 en la habitación de una de sus hijas. Posteriormente, fue imputado por los delitos de tráfico de armas de guerra en la modalidad de ocultamiento y asociación para delinquir.

Aunque no ha sido condenado y ni siquiera ha comenzado su juicio, Peña Esclusa permanece desde entonces recluido en la sede del Sebin. Sus hijas; de 9, 14 y 16 años de edad; se han visto profundamente perturbadas por estas circunstancias.

“Nuestra vida ha cambiado radicalmente porque mi rol en la casa hoy está dedicado 100% a sacar a Alejandro de la cárcel y a que reciba atención médica. Las niñas están muy afectadas. En un informe psicológico que les hicieron, se destaca que el allanamiento a nuestro hogar las marcó y sufrieron un trauma. Las tres manifiestan que no lo han superado”, relata Indira Ramírez, esposa del detenido.

La menor de las niñas suele expresar su preocupación por el futuro de su padre. “Ella teme que su papá vaya a estar 30 años en la cárcel o que se vaya a morir por su enfermedad. Para ellas esto ha significado un temor y una ansiedad terrible”, añade Ramírez.

Las pequeñas mantienen sus estudios de primaria y bachillerato; sin embargo, sus inquietudes se dejan ver en sus rendimientos. “Ellas han soportado la carga pero eso se refleja en sus estados de ánimo y en sus intereses. Las niñas cambiaron mucho en este año”, asegura.

Salud desatendida
Ramírez afirma que no pierde las esperanzas y que su principal objetivo en este momento es salvarle la vida a su esposo. “En estas circunstancias uno hecha para adelante con la familia y los amigos. Gracias a Dios mi esposo ha dejado a lo largo de su vida un buen comportamiento y mucha gente que lo quiere. Siempre la familia ha estado presente; si no sería imposible sostener la carga. Agradezco a tanta gente solidaria porque los venezolanos somos muy generosos”, señala.

La salud de Peña Esclusa podría complicarse si no se atiende a tiempo. “Alejandro está en un postoperatorio de un cáncer de próstata. Él fue operado el 11 de junio del año pasado y le correspondía luego hacerse unas radiaciones porque en la biopsia se observó que el cáncer había superado las paredes de la próstata y ya estaba desbordado en 40% de la misma”, explica Ramírez.

Un mes después de la operación, el ingeniero fue detenido y no pudo recibir su tratamiento. En este año, su médico tratante no ha podido visitarlo en el Sebin, por lo que la defensa de Peña Esclusa solicitó hace cuatro meses que éste fuera trasladado a la clínica donde se encuentra su doctor.

“Lo mandaron al Oncológico Padre Machado porque la jueza quiso corroborar el diagnóstico y ahora es que acaba de llegar el informe médico al tribunal, donde el hospital público ratifica lo que dijo su médico tratante y recomienda lo mismo que él”, sostiene la esposa del opositor venezolano.

Además, asegura que ya cumplieron con todos los requisitos jurídicos y ahora están a la espera de que la jueza otorgue el juicio en libertad. “Mi esposo ya tiene un año preso. En principio, él es inocente porque la Constitución lo ampara. Hasta que no sea condenado y le prueben algo, es inocente por lo que tienen que levantarle la medida de privativa de libertad”, dice.

“Alejandro ha tenido un altísimo perfil político opositor. Este fue un montaje para meterlo preso”
Indira Ramírez, esposa de Peña Esclusa

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