Por: Patty Fuentes Gimón
Yurimar Armas tenía sólo 19 años cuando quedó embarazada. Al transcurrir los nueve meses de gestación acudió a la Maternidad Concepción Palacios para dar a luz ese 11 de mayo de 1997 a las 6:00 pm. No fue sino hasta las 10:00 pm que Armas fue atendida.
Aunque con el nacimiento de su primera hija, dos años antes, ya se había diagnosticado que debía ser por cesárea, la indujeron al parto natural. Después de varias horas intentando, los doctores decidieron enviarla al quirófano para practicar cesárea segmentaria.
Al aplicarle la anestesia peridural, se vio afectado el nervio de la "dura madre", lo que le ocasionó un paro cardiorespiratorio y, posteriormente, una anoxia cerebral que la hizo quedar en estado vegetativo persistente, estado con el que vivió durante los últimos 14 años hasta el pasado lunes en la madrugada, día en el que por fin descansó en paz.
SIN TRATAMIENTO
Leonarda Aparicio, madre de Yurimar Armas, dedicó todos estos años a la salud de su hija. No hubo día en que dejara de visitarla en la habitación 7 del piso 3 de la Maternidad Concepción Palacios.
"Los días de su mamá eran monótonos. Debía alimentar, bañar y brindarle toda la asistencia a su hija, pues la Maternidad no está acondicionada para personas en ese estado", relata Juderkis Aguilar, representante de Provea que acompañó a la familia Armas.
Una reunión con la diputada Asia Villegas parecía acabar con esta tragedia: la Maternidad asumió su responsabilidad, pues se presume que el médico de ese centro de salud era responsable del estado vegetativo de Yurimar.
"La Maternidad muy poco se ocupó. Solamente le tenían un cuarto apartado. No le daban insumos médicos, pañales, colchones antiescaras, ni agua hervida. Su madre debía llevarle la comida porque era ella quien sabía cómo procesar los alimentos. La propia familia debía cubrir estos gastos", denuncia Aguilar.
TalCual decidió no contactar a Leonarda Aparicio, pues ayer fueron velados los restos de Yurimar en la funeraria del Hospital Militar.
Aguilar asegura que en el sepelio la madre pidió que se hiciera justicia por el caso de su hija y de dos jóvenes más que se encuentran en las mismas condiciones en la Maternidad.
"’Descansa mi cuerpo, pero no mi alma’, dijo Leonarda, pero afirma que hay que seguir luchando para que haya justicia", señaló.
Yurimar deja dos hijos: una de 15 años y otro de casi 14 que sobrevivió en el parto. También deja una familia desarticulada, pues uno de los niños vive con una tía abuela y el otro con su abuela paterna.
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