Por: Patty Fuentes Gimón / diario TalCual
Haber fracturado la mayoría calificada del Gobierno representa una nueva etapa para todos los venezolanos, además de una derrota política para el oficialismo.
Sin los 2/3 los diputados psuvistas no podrán aprobar ni proponer leyes orgánicas, que son las que “regulan todos los derechos fundamentales y establecen la organización y funcionamiento de los poderes públicos”, según explica la ex magistrada Cecilia Sosa.
Contando únicamente con la mayoría simple, tampoco es posible que reformen la Constitución, designen o remuevan a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, ni a los rectores del Consejo Nacional Electoral, que serán escogidos en 2013, o a los representantes del Poder Ciudadano (Fiscal General, Contralor y Defensor del Pueblo), en 2014.
“El hecho de que el bloque de los diputados de la Unidad le haya quebrantado las dos terceras partes al oficialismo hace que nazca una esperanza de recuperar paulatinamente la autonomía y la independencia de los poderes”, afirma Sosa.
CONTRADICCIÓN LEGISLATIVA
Aunque la Constitución establece que, para designar a los magistrados del TSJ, es necesario que la AN cuente con 2/3 de aprobación, el artículo 38 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia hace una excepción.
“En caso de que no se logre el voto favorable de la mayoría calificada que se requiere, se convocará a una segunda sesión plenaria... y si tampoco se obtuviese el voto favorable de las 2/3 partes, se convocará a una tercera sesión y, si en esta tampoco se consiguiera el voto favorable de las 2/3 de los miembros de la AN, se convocará a una cuarta sesión plenaria, en la cual se harán las designaciones con el voto favorable de la mayoría simple de los miembros de la AN”, dicta la ley.
El constitucionalista Asdrúbal Aguiar señala que “por la falta de equilibrio político institucional” no ha habido protesta frente a estas leyes que han pretendido “violentar la Carta Magna”.
“Antes cuando el Gobierno cometía este tipo de atropellos, la única reacción en contra era la de la opinión pública que siempre le ha importado poco. Ahora, encontrará reacción institucional porque, aunque la oposición tenga menos diputados, estos representan 52% del país”, añade.
NO SERÁ FÁCIL
Más de 60 de los 165 diputados que representan la AN ahora serán de la oposición y antes eran menos de 20. Acostumbrarse a este nuevo parlamento podría resultar embarazoso para el chavismo.
“El ejercicio de dialogar será difícil para el oficialismo, inclusive para los diputados que están entrando por primera vez a la AN. Los viejos ya están acostumbrados a aplaudir, pero los nuevos vienen con la idea de mejorar los niveles de las personas excluidas, entre otras cosas”, comenta la jurista Cecilia Sosa.
La ex magistrada del TSJ estima que Chávez podría adoptar dos actitudes: “o quitarse la careta tomando una posición antipolítica de aquí al 5 de enero, fecha en la que los diputados electos asumirán sus cargos; o buscando la manera de sacarle provecho a los nuevos parlamentarios, tanto del PSUV como de la oposición”.
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