miércoles, 29 de septiembre de 2010

Derecho a réplica

Por: Fernando Casado

Este artículo se presenta como un derecho a réplica y rectificación en base al artículo 58 de la Constitución por haber sido mi persona y reputación afectada "directamente por informaciones inexactas o agraviantes" publicadas en este diario el pasado lunes 30 de agosto en la página 4 bajo el título " Quieren quitarle a su hijo de año y medio".

Yo, Fernando Casado persigo únicamente poder estar con mi hijo. Desde el nacimiento de nuestro hijo y ante la negativa de la madre de permitir que se relacionara conmigo, acudí ante la Fiscalía y posteriormente a los Tribunales. Por defender los derechos de nuestro hijo la madre me ha vejado e insultado sistemáticamente sin importarle que a quien perjudica es a nuestro hijo.

La Sra. Martínez dijo que yo le obligué a decidir "si quieres continuar con tu embarazo o continuar con tu matrimonio". Mi separación de la Sra. Martínez no tiene nada que ver con el hecho de que se quedara embarazada, de hecho yo me enteré de su embarazo estando separado de ella. Prueba de lo falaz de la acusación es mi interés por nuestro hijo que ella siempre impide, violando sus derechos.

Yo no he maltratado ni física ni psicológicamente a la Sra. Martínez como ella asegura, aunque como afirma: "Logré que lo imputaran por violencia psicológica y patrimonial en mi contra". Hizo todo lo posible para lograrlo, pero desde el 25 de enero se ha tenido que retrasar la audiencia preliminar para decidir sobre el caso en al menos 5 ocasiones, la mayoría de las veces porque o bien la Sra. Martínez o la Fiscal no se presentaron en los tribunales. Yo estoy deseando que dicha audiencia se celebre por fin el 16 de septiembre y que se demuestre la inconsistencia de estas acusaciones. Ojalá esta vez acuda la Sra. Martínez.

En otro párrafo se dice: "Aunque Casado no quiso ocuparse del embarazo, cuando el niño cumplió sus primeros meses demandó a la madre ante el tribunal de menores por no dejar verlo (...) no le da ni medio al bebito para su manutención". Desde el embarazo de la Sra. Martínez la apoyé emocional y económicamente (incluso cuando un tribunal civil declaró que no tenía por qué apoyar con ninguna manutención). Acudí a todas las citas ginecológicas que la Sra. Martínez me permitió, pues cambió en varias ocasiones de médico sin consultármelo cuando éstos se daban cuenta que yo no era el demonio que la Sra. Martínez pregonaba, y sigue pregonando.

Desde el nacimiento de nuestro hijo no he dejado nunca de pagar su manutención pese al comportamiento inexcusable de la Sra. Martínez.

La Sra. Martínez de manera sistemática ha violado el régimen de convivencia establecido en sentencia firme por los tribunales competentes, demostrando una falta total de respeto por las decisiones judiciales y la Ley, por no hablar de los Derechos de su propio hijo consagrados en la Constitución.

En otro momento se dice "en la evaluación psicológica ante el equipo multidisciplinario confesó ser consumidor de marihuana". Nunca confesé que fumo marihuana, sino que fui acusado de hacerlo por la Sra. Betty, los Tribunales decidieron entonces que nos hiciéramos ambos análisis toxicológicos. Yo me practiqué dichos análisis en dos ocasiones distintas, tomándoseme muestras de uña, orina y sangre y en ambos el resultado fue negativo. Hasta el día de hoy la Sra. Betty no se ha hecho dichos análisis.

La Sra. Betty también alega que "el infante ha presentado lesiones corporales en dos oportunidades". Falso una vez más, es preciso recordar que como parte del régimen de convivencia un equipo multidisciplinar recibe a nuestro hijo en Tribunales cada vez que pasa el día conmigo algo que yo solicité para evitar acusaciones como ésta- y nunca se determinaron dichas lesiones.

Por último, aunque me gustaría desarrollar mejor mis argumentos me ciño al espacio de esta réplica, la Sra. Martínez alega que "El padre amenaza a Martínez de llevarse al niño a España. Incluso, le sacó el pasaporte sin autorización de la madre". Yo nunca separaría a nuestro hijo de su madre por ser consciente de las nefastas consecuencias de dicho comportamiento para con nuestro hijo, algo que ella sí está haciendo a pesar de los daños que pueda causarle y que como médico debiera conocer. No obstante sí solicité su pasaporte después de que la madre me negara la fotocopia de su cédula y que existan pruebas escritas en las que se refiere a la posibilidad de que su hijo sea español como "la nacionalidad esa de mierda". La identidad y nacionalidad de nuestro hijo son sus Derechos Fundamentales, tal y como se expresa en las constituciones de Venezuela y España.

Una vez más le imploro a la Sra. Martínez que recapacite y piense en los intereses de nuestro hijo.

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