Por: Patty Fuentes Gimón / diario TalCual
Eran las 3:45 de la madrugada. Ochos reos del retén de Cabimas aprovecharon el momento para fugarse.
Forzaron con una segueta los barrotes de la parte externa de la sala en la que se encontraban y, a través de la ventana, cruzaron a otro perímetro por el cual lograron salir a la calle.
Se presume que pudo haber complicidad con los funcionarios policiales de esa comisaría o que huyeron por un presunto túnel que estaban construyendo en uno de los baños.
El pasado domingo se presentó una riña en ese retén zuliano donde resultaron heridos cuatro reclusos y ocho visitantes, razón por la cual varios de ellos fueran trasladados a una sala improvisada de aislamiento que originalmente estaba destinada para dos internos con VIH.
"El Retén de Detenciones Preventivas de Cabimas tiene capacidad para 240 internos y actualmente hay 510 reos. Aunque tiene tres pabellones, el espacio es pequeño para la cantidad de reos que allí habitan", explica Odalys Caldera, directora de Seguridad Ciudadana de la Gobernación del estado Zulia.
NO HAY CLASIFICACIÓN
En los centros de cumplimiento de pena deberían estar detenidos los penados; en los internados judiciales, los procesados; y las comisarías o retenes son los lugares transitorios.
"Producto del hacinamiento, del retardo procesal y del aumento significativo de la población penal, las comisarías han pasado a funcionar como internados judiciales.
Eso genera una problemática porque los funcionarios policiales no están capacitados para asumir el rol de custodios y porque mientras las comisarías dependen de la gobernación de cada estado, los internados judiciales dependen del Ministerio de Interior y Justicia", denuncia Wilmer Linero, abogado del Observatorio Venezolano de Prisiones.
Los retenes no se prestan para brindar tratamiento integral al privado de libertad por lo que el tiempo estimado de permanencia allí es máximo de tres días, pero en el caso del retén de Cabimas los fugados llevaban entre dos y tres años, y están imputados por delitos como homicidio, robo de vehículo, secuestro, porte ilícito de armas y resistencia a la autoridad.
DÉFICIT DE FUNCIONARIOS
Linero afirma que pueden haber más trabas para fugarse de un establecimiento penitenciario que de una comisaría porque en las prisiones los reos están custodiados por los funcionarios adscritos al MIJ y por los efectivos de la Guardia Nacional que resguardan la parte externa del penal, mientras que en las comisarías sólo están los cuerpos policiales de la región.
"En Venezuela reina un déficit de custodios. Por cada interno debe haber al menos un vigilante y aquí por más de mil reclusos hay tan sólo diez custodios. Esto, sumado a la eventual complicidad entre delincuentes y funcionarios, hace que escaparse no sea imposible", dice el especialista en Derechos Humanos.
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