Por: Patty Fuentes Gimón / diario TalCual
“Nosotros somos Los Invisibles, nadie nos conoce. Si denuncias en la policía nos enteraremos”, solían decir a sus rehenes los miembros de esa peligrosa banda que, en dos años, acumuló más de 45 secuestros entre Caracas y Valencia, además de otros seis delitos como robos y homicidios.
Después de jactarse en abril de la detención de Fraiber Velasco, uno de los líderes de Los Invisibles, el ministro Tareck El Aissami debió bajar la cabeza, pues el joven de 23 años logró escaparse por segunda vez. La primera fue en mayo cuando se fugó de la sede del Cicpc y, en esta ocasión, aprovechó que era domingo, día de visita, para huir por la entrada principal de la cárcel mínima de Carabobo, mejor conocida como Tocuyito y vendida por el Estado como una de las prisiones modelo de Humanización Penitenciaria. El reo llevaba sólo cuatro días de haber regresado a ese retén, pues había sido llevado al BAE, en Caracas, donde está su juicio.
“La evasión es producto de la corrupción que todavía existe en algunos espacios de la administración pública y da cuenta del deterioro moral que arrastramos en el sistema penitenciario", reconoció El Aissami.
También informó que detuvieron por posible complicidad a los diez custodios que se encontraban de guardia el día en que escapó Velasco, quien estaba recluido por los presuntos delitos de secuestro, agavillamiento, robo de vehículo, extorsión, homicidio y uso de adolescente para delinquir.
Carlos Nieto Palma, director de Una Ventana a
Madre al fin
Belkis Vargas, mamá del “Invisible”, asegura que su hijo no se escapó y manifiesta estar atemorizada por los resultados de la persecución policial. “Esa cárcel es de máxima seguridad, es imposible que se haya escapado. Los organismos de seguridad deben decirme dónde está mi hijo porque ellos lo saben”, señaló.
Vargas denuncia que se está creando una persecución contra su hijo y negó que éste sea responsable de los crímenes por los que lo acusan: “Dicen que está en homicidios y violaciones. Eso no es así. A él lo pasaron con seis expedientes y no tienen nada que probarle. A mi me persiguen y siempre buscan excusas para retrasar la visita o no dejarme entrar. El ministro debe decirme qué es lo personal que tiene contra mi hijo”.
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