martes, 1 de junio de 2010

Policías sanguinarios

Por: Patty Fuentes Gimón /diario TalCual

“’Venimos a matar’ fue el eslogan con el que llegaron al estado Lara los funcionarios que se formaron en la Escuela de las Américas de Panamá y que todavía son policías aquí”, denuncia Iván Pérez, padre de Engel y Fabricio Pérez Heredia, quienes fueron asesinados el pasado 29 de abril de 2008 en el sector Yabalito, de Barquisimeto.

Los hermanos Pérez Heredia se dirigieron esa tarde a una entidad bancaria y luego a una casa de repuestos, donde fueron interceptados por agentes de la División de Investigaciones y Apoyo Criminalístico (DIAC) de la policía de Lara, quienes los obligaron a abordar un vehículo. “Tuve contacto con ellos hasta que salieron de depositar el dinero, pero luego no pudimos comunicarnos más porque ya se los habían llevado. Hicimos la denuncia y nos dijeron que tenían que transcurrir 48 horas para poder reportarlos como desaparecidos. Antes de que pasara ese tiempo, los funcionarios de la DIAC los llevaron a la morgue, simularon que fallecieron en un enfrentamiento con ellos y además les sembraron un arma”, recuerda Pérez.

Inmediatamente, la familia pudo darse cuenta de que Engel y Fabrizio no se habían enfrentado a los policías, sino que habían sido brutalmente torturados, pues presentaban múltiples escoriaciones, hematomas y tiros de gracia. Después de adelantar las investigaciones, el Cicpc también confirmó el doble homicidio de cuatro agentes de la DIAC: el sargento segundo Graciano Granda, el cabo primero Luis Camacaro, el agente Dixon Canelón y el distinguido Erick Torcate, a quienes el Tribunal sexto de Control les dictó medida privativa de libertad en la Comandancia de Policía y no en la cárcel de Uribana.

“Ninguno de los jueces ha hecho nada para enviarlos a la prisión. Siguen aquí como Pedro por su casa y hasta gozan de beneficios: pueden visitar a sus familiares e ir a los cumpleaños. También hubo una tramposería del abogado defensor de los policías, Pedro Troconis, un vagabundo sin ética profesional que logró que el expediente haya sido radicado en el Circuito Judicial de Carabobo con la excusa de que en Barquisimeto hay mucha presión”, señala el padre de las víctimas, quien a su vez destaca que en su estado hay descontento por los problemas de conducta de la policía “sanguinaria, que extorsiona, siembra drogas y quita la vida a los larenses”.

FRENTE CONTRA LA IMPUNIDAD

Tras la pérdida de sus hijos y los constantes delitos que cometen los cuerpos policiales de Lara, Iván Pérez conformó el Frente Clasista Argimiro Gabaldón para defender los Derechos Humanos y luchar contra la impunidad. “Tenemos una posición firme e irreverente de mucha constancia y perseverancia para hacer valer el derecho a la vida. No sólo luchamos para que se haga justicia por la muerte de mis hijos, sino por todos los muchachos que han sido asesinados en el estado”, dice y añade que el caso de Enger y Fabricio ha servido para destapar la “olla putrefacta” de los casos de delincuencia policial.

Pérez asegura que, ya sea en Valencia o en cualquier otra parte, va a insistir hasta conseguir que los agentes que asesinaron a sus hijos sean llevados a la cárcel de Uribana. “Como han cometido tantos delitos, ellos pensaban que este era un caso más en el que la opinión pública lo iba a aceptar, pero no. No nos aminoraremos hasta que se consiga la justicia y la verdad. Queremos que se acepten los precedentes y se reconozcan los hechos como fueron”, asegura.

¿QUIÉNES ERAN?

Los hermanos Heredia Pérez eran productores porcinos. Fabricio tenía 31 años cuando fue asesinado. Enger tenía 33 años y estudiaba séptimo semestre de Estudios Jurídicos en la Universidad Bolivariana de Venezuela, en el barrio San José de Barquisimeto. Ambos eran padres de dos niñas. Su padre, Iván Pérez, fue militante del Partido de la Revolución Venezolano y cree en un “proceso revolucionario que lleve al pueblo por los senderos soñados”.

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