martes, 1 de junio de 2010

DDHH en crisis

Por: Patty Fuentes Gimón / diario TalCual

“Tenemos mayor conciencia que nunca de los derechos humanos, mayor capacidad de comunicarnos en tiempo real, instancias increíbles en la historia para juzgar a los culpables, pero nos falta la voluntad de hacerlo. Los DDHH se han vuelto una fantasía para la mayoría de las personas del mundo”, asegura el director ejecutivo de la ONG Amnistía Internacional, Marcos Gómez, quien revela que en el informe 2009 se puede observar que lo común en los 159 países analizados es que los gobiernos dan prioridad a sus intereses económicos o políticos antes que a los DDHH.

Respecto a Venezuela, Gómez indica que es uno de los países con mayores índices de violencia interpersonal, mientras que Caracas está entre la primera y la segunda ciudad más peligrosa del mundo, junto con Ciudad Juarez, de México. “Hay una crisis profunda en la vida diaria de los DDHH de las personas. Nuestros jóvenes están muriendo a niveles inaceptables. Los abusos policiales se producen en un altísimo nivel, además de una profunda ineficacia policial”, añade.

El representante de Amnistía Internacional también destacó la influencia que tiene el descontrol de las armas en la violencia. “Nosotros revelamos que hay 6 millones de armas rodando en la calle, pero la Asamblea Nacional dice que hay entre 9 y 15 millones. El problema es que los jóvenes venezolanos tienen una adoración hacia la violencia armada”, dijo y aplaudió la Ley de Desarme, pero dio varias recomendaciones.

“Han debido incluir la participación de otras personas y países. Venezuela no debería inventar de nuevo cómo controlar las armas, porque hay una serie experiencias que ya han funcionado. Deberíamos tener una ley moderna que regule todo el ciclo de las armas. Esta ley se centra de nuevo en el asunto de la permisología. Estamos preocupados porque no se haya pensado en todo lo que tiene que ver con la reducción de las armas a componentes militarizados. También recomendamos incrementar la edad mínima de tenencia de armas. La Ley de Desarme debe ir acompañada del discurso público”, señala.

La situación económica y la forma en que el Ejecutivo aborda este aspecto es otra de las preocupaciones de amnistía Internacional. “No sabemos las consecuencias que pueda tener la intervención de empresas en este momento, eso lo dirán los indicadores futuros. Lo importante es que cada año debería responderse con nuevos puestos de trabajo. Se deberían crear 100 mil puestos de trabajo por cada presupuesto bienal. En vez de eso se están creando medidas que golpean a la población e incrementan la inseguridad”, denuncia.

Gómez además manifestó inquietud respecto al poder judicial, que no ha servido como medidador en la crisis de violencia; la incapacidad hospitalaria, que incrementa el número de muertos cada fin de semana; y la deplorable situación de las cárceles venezolanas, que empeora las condiciones de los reclusos, pues se encuentran hacinados y sin clasificación.

¿QUÉ HACER ENTONCES?

El director ejecutivo de Amnistía Internacional, Marcos Gómez, recomienda al Ejecutivo reducir la polarización e incrementar la participación. “El país ya no aguanta más esta crisis política. La prioridad del Estado está mal enfocada. Debe dejar de mantenernos en un estado de crisis permanente política y de intolerancia. Los medios de comunicación deberían ser bienvenidos, y el Poder Judicial debería funcionar con libertad y hacer la labor que requiere el país”, dice.

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