Por: Patty Fuentes Gimón.
"¡Cómo gozará el comandante Chávez cuando venga a disfrutar de esta casa!", decían los doce funcionarios armados del INTI que intervinieron el pasado viernes la finca La Carolina, en el estado Yaracuy, propiedad desde hace 21 años de Diego Arria, ex embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas.
La medida fue considerada un "asalto a mano armada" por Arria, quien relató que "sometieron a la administradora, dijeron que esas tierras eran del pueblo y de Chávez, prohibieron la salida de los trabajadores y se tiraron en las camas de los cuartos principales".
El ex embajador asegura que todo esto forma parte de una "retaliación política", pues tres días antes él había estado en un foro en Oslo, Noruega, donde declaró: "La espada de la justicia internacional se cierne sobre la cabeza del señor Chávez y sobre sus principales colaboradores militares. Ellos traicionan a la patria porque entregaron todo el sistema estratégico informativo de Venezuela a 50 mil agentes cubanos".
PERSECUCIÓN POLÍTICA
No es la primera vez que La Carolina intenta ser intervenida o que el Gobierno trata de intimidar a Arria. Hace aproximadamente un año, veinte sujetos armados ingresaron a la finca con actitudes amenazantes.
"Era como una operación paramilitar con walkie-talkies. Le partieron la cabeza con un tubo a uno de los trabajadores", recuerda el ex embajador. Unos meses antes, hubo un intento de invasión, pero el personal de la hacienda dijo: "¡Al primero que entre aquí, lo sacaremos a palos!".
Arria también destaca que hace pocos meses, la Asamblea Nacional denunció la presencia de una presunta conspiración presidida por él.
"Elaboraron un expediente en mi contra y, como vieron que nada de esto fue suficiente para que me callara, ahora decidieron quitarme mi finca, pero no me voy a callar ni voy a transar con delincuentes y pandilleros que tienen secuestrada a Venezuela".
Sin embargo, manifiesta no tener esperanzas de recuperar La Carolina. "En este país no hay democracia ni Estado de Derecho, por lo que no puedo aspirar a nada. Mostraré los documentos de propiedad guardados desde 1880 para demostrar que ellos mienten".
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