viernes, 21 de enero de 2011

Exterminio de una familia

Patty Fuentes Gimón
Eran las 10:00 pm. Néstor Caudi Barrios llegaba a casa de su tía Elvira en Guanayén, estado Aragua. La llave de su moto cayó en un monte. Cuando se agachó para recogerla, dos sujetos vestidos de civiles y con casco lo interceptaron. Inmediatamente, lo encandilaron con la luz de la moto y, mientras el parrillero le disparaba con una escopeta, el conductor lo hacía con un revólver.

El primer impacto de bala lo recibió en el brazo izquierdo. Intentó huir, pero no pudo, así que decidió quedarse inmóvil para que los hombres pensaran que estaba muerto. Recibió un último tiro en los glúteos y los motorizados desaparecieron.

Néstor Caudi llevaba varios meses sin visitar Guanayén, pues las constantes amenazas que recibía de algunos funcionarios de la Policía de Aragua no lo dejaban vivir en paz. Ese 2 de enero de 2011, el joven de 25 años de edad estaba en su pueblo porque había ido a pasar las celebraciones navideñas con su madre.

Dos primos de la víctima escucharon los disparos esa noche y, cuando salieron de la casa, lo encontraron en el piso y lo llevaron a un hospital. Ahora está estable, pero debe ser operado del brazo.

LA HISTORIA SE REPITE
A pesar de tener orden de protección emanada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos desde septiembre de 2004, Néstor Caudi es el séptimo miembro de la familia Barrios que ha sido agredido por presuntos efectivos de Poliaragua, pero es el único que ha sobrevivido al atentado.

"A Néstor le pasó igual que a los demás. En algunos casos hubo testigos que comprobaron la intervención de los policías en los asesinatos. En otras ocasiones, han sido hombres encapuchados y vestidos de negro que llegan de noche a matar a mis sobrinos", relata entre lágrimas Eloisa Barrios, tía de Néstor Caudi.

El joven que resultó herido el pasado 2 de enero presenció la ejecución extrajudicial de su tío Narciso Barrios, perpetrada por uniformados de Aragua el 11 de diciembre de 2003, fecha desde la que Néstor Caudi es amenazado de muerte.

La tía del joven estima que el reciente intento de homicidio puede formar parte de la ola de asesinatos que se han presentado en contra de su familia. "Se acerca la fecha del juicio contra los policías que mataron a Narciso, por eso creo que esto puede estar relacionado con todo este problema", dice Eloisa Barrios.

VENGANZA Y ENSAÑAMIENTO
Han transcurrido 12 años desde el primer homicidio. Los hermanos Narciso y Benito tenían un bar restaurante en el pueblo Guanayén. Casi todas las noches acudían varios policías de Aragua a consumir alcohol y se retiraban sin cancelar la cuenta. Una noche, los Barrios reclamaron a los funcionarios, quienes respondieron con amenazas de muerte.

La intimidación no fue en vano. La madrugada del 28 de agosto de 1998, los mismos efectivos ingresaron a la casa de Benito, de 28 años de edad, lo torturaron y se lo llevaron en la patrulla. Al día siguiente, apareció el cadáver en la funeraria de Barbacoa.

En diciembre de 2003, varios agentes dejaron sin vida a Narciso a los 22 años. Situaciones similares ocurrieron cuando ultimaron a Luis Alberto, en 2004, a Rigoberto, en 2005, y a Wilmer el pasado año.

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