Patty Fuentes Gimón
El cierre de las 34 emisoras de radio en 2009 no ha sido suficiente para el Gobierno. Su necesidad de llevar adelante la llamada “revolución bolivariana” lo obliga a continuar atentando contra la libertad de expresión de los medios de comunicación.
“El Gobierno sigue golpeando a los medios, y sobre todo a la radio, con intimidación, chantaje y tratando de comprar la conciencia de algunos productores independientes y locutores, quienes están privados de cualquier acceso a comercializar con el Gobierno si hacen alguna crítica. La persecución en contra de los medios es directa e indirecta, pero eso no va a permitir que cese la actitud de cuestionar al Gobierno”, asegura Adolfo Superlano, conductor del programa “Punto y Coma”, de la radio La Barinesa 92.7 FM.
En el marco del Día del Trabajador de la Radio, celebrado ayer, la presidenta del Colegio Nacional de Periodistas, Silvia Alegrett, coincide con Superlano y añade que la situación de los medios de comunicación es muy delicada porque el Gobierno “se ha dedicado sistemáticamente a generar documentos, reglamentos y leyes que cercan la libertad de expresión”.
En el caso de las radios, en su mayoría las del interior, dependen de los gobiernos regionales y municipales. “Si no bajan la cabeza y cambian la política editorial, no tienen publicidad y terminan cerrando. Por esto, muchas radios se han convertido en musicales. Todo esto tiene que ver con el miedo justificado porque muchas familias viven de esas emisoras y también podrían quedar en la calle periodistas y trabajadores”, explica la presidenta del CNP.
Censura y autocensura
A juicio de Nelson Belfort, ex presidente de la Cámara Venezolana de la Radiodifusión, no se puede hablar de radios opositoras o chavistas, pero sí de emisoras independientes o no. “Existen emisoras de Gobierno porque las administra el Gobierno y no pueden tener independencia de pensamiento tampoco. En ese sentido, las emisoras comunitarias fueron promovidas por el Gobierno y no por las comunidades a las que, en teoría, se deben”, dice.
Belfort estima que en Venezuela hay 250 emisoras comunitarias con permisos, aproximadamente 80 ó 100 del Gobierno y alrededor de 600 ilegales “que nunca tuvieron permiso de abrir, pero no se sabe si ahora tienen los permisos porque Conatel no informa”.
Nada más en Barinas, de las 40 ó 50 emisoras que existen, 35 son comunitarias y sólo dos son críticas al Gobierno: La Barinesa y Sensacional. “Las demás dan un pasito pa’lante y otro pa’trás. Y de los cinco impresos que hay aquí, cuatro son pro Gobierno”, calcula Superlano.
Caminos alternos
JJ Bartolomeo, presidente de la ONG La Radio es Mía, sostiene que los trabajadores de la radio han buscado nuevos caminos, lo que ha generado la creación de nuevos canales para llevar información a los venezolanos y, además, transmisiones por Internet.
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