jueves, 8 de diciembre de 2011

Un caso de DDHH, dos versiones


Patty Fuentes Gimón
Dos versiones giran en torno al caso de Luis Rafael Escobar Ugas, quien permanece detenido desde hace 15 días en el penal José Antonio Anzoátegui por flagrancia, homicidio intencional simple en grado de frustración, instigación al odio público y agavillamiento, delitos que podrían condenarlo a 10 años de prisión.

De acuerdo con Escobar Ugas, presidente de la Fundación para las Garantías, Prevención y Defensa de la Violación de los Derechos Humanos, él, junto a cuatro otros miembros de esa ONG, se encontraban el pasado 21 de noviembre realizando una protesta y una vigilia frente a la sede de la Fiscalía en el estado Anzoátegui para exigir celeridad procesal.

Entre otros casos, los manifestantes solicitaban que se hiciera justicia en el caso de la dirigente social de ese estado Norma Castillo, quien a juicio de Escobar Ugas “ayudó en un proyecto de construcción de viviendas que no fue culminado”, por lo que la acusan de malversación de fondos.

“Después de la primera noche frente a la Fiscalía, ella, con otras 40 personas, fue para allá. Su esposo se me vino encima con un machete y un compañero mío le quitó el arma. Norma agarró el machete para pegarme a mí, pero el golpe le cayó a su esposo y le abrió una herida como de tres puntos en la cabeza”, relata.

Escobar Ugas añade que, como él viene denunciando a varios fiscales de Anzoátegui, muchos de ellos se confabularon con Norma Castillo para meterlo preso.

El otro lado de la moneda
Por el contrario, Castillo afirma ser una luchadora social para conseguirles viviendas a los ciudadanos y denuncia que Escobar Ugas fue quien agredió a su esposo y casi lo deja sin vida.

“Me contaron que él puso en la Fiscalía un cartel que decía: ‘Norma Castillo es una terrorista, hasta cuándo este retardo procesal, métanla presa’. Así que me fui para allá con mi esposo, mi hija de 12 años y tres directivas del Frente Movimiento de Pobladores para hablar con él”, dice.

Tras destacar que Escobar Ugas tiene denuncias por estafas, venta de drogas, hurto calificado, ente otros, Castillo cuenta que al llegar a la Fiscalía le reclamó por daños y perjuicios a su moral, a lo que él respondió con un empujón. “Mi esposo me defendió y ahí empezó el manoteo. Se metió la policía y le dijeron que se tranquilizara. Igual trató de impedirme el acceso a la Fiscalía y, como insistí, se volteó y de un carro sacó un machete. Mi esposo me tiró para un lado y le cayó el machetazo en la cabeza”, agrega.

La dirigente vecinal expresa que su esposo está vivo “por la misericordia de Dios. De casualidad no lo enterré. Lo tuve hospitalizado cuatro días y ahorita es que se está recuperando. Ugas no puede decir que está preso por culpa de los fiscales, sino porque lo agarraron en flagrancia. Tengo miedo de que lo saquen porque si fue capaz de sacar un machete, mañana puede agarrar una pistola o mandarme a matar”, sostiene, entre lágrimas.

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