Patty Fuentes Gimón
Una de cada tres mujeres ha sido o será víctima de algún tipo de violencia a lo largo de su vida. La manifestación más grave de este fenómeno es el feminicidio, pero no es la única: la violencia psicológica, física, sexual y patrimonial también impide que las mujeres lleven una vida digna y libre.
“Uno de los principales cuestionamientos que se realizan al enfoque de la igualdad es el de su tendencia a un reduccionismo. Las nociones pretendidamente universales denuncian lo mismo para todas las personas como si todas ellas estuviesen en la misma situación”, señala la coordinadora del Área de Estudios de la Mujer de la UCV, Rosa Paredes, quien también explica que dichas concepciones “excluyen la consideración de las diferencias económicas, culturales, étnicas y de orientación sexual”.
La socióloga considera que la mayor deuda que tienen las políticas de igualdad es con las mujeres en situación de pobreza, por ser el sector mayoritario. “La inequidad de género afecta más a las más pobres, pues éstas sólo perciben 51% del salario que reciben los jefes de hogares pobres, mientras que esa brecha ha disminuido en familias no pobres”, añade.
De los gastos totales de los hogares, la mayoría de las mujeres en situación de pobreza únicamente pueden aportar 45%. El resto proviene de otros miembros del hogar, en caso de ser posible.
Por otro lado, Paredes destacó que de 1971 a 2009 la tasa de fecundidad descendió en gran medida en casi todas las edades, excepto en la adolescencia. “En el grupo de mujeres de 20-24 años, disminuyó en 110 puntos; en el de 25-39, en 135%; en el de 30-34, en 131; y en las adolescentes, sólo redujo en 14,3%. La tasa de embarazo adolescente es muy alta y la mayoría de estas jóvenes están en situación de pobreza”, precisa la docente de la UCV.
Por si fuera poco, la participación de las mujeres en el sistema educativo no disminuye la inequidad de género respecto al ingreso de los hombres. “La diferencia salarial entre hombres y mujeres es menor cuando la fémina tiene de 0 a 3 años de estudio, ya que en esos casos ambos ganan salario mínimo. Sin embargo, las mujeres con educación superior ganan 73,2% de lo que reciben sus pares”, dice.
“Aunque predominan las mujeres en la educación, la brecha salarial de los hombres respecto a las mujeres incrementa mientras más estudios tengan ellas”
Rosa Paredes, coordinadora del Área de Estudios de la Mujer de la UCV
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