La política que ha reducido la violencia en Brasil puede servir para disminuir las cifras de homicidios en Venezuela
Durante el año 1998 se registraron en Río de Janeiro casi 13 mil homicidios y en 2009, 4 mil, de acuerdo con la directora del Centro de Ciudadanía y Seguridad de la Universidad de esa ciudad, Julita Lemgruber, quien considera que Brasil puede servir de ejemplo en materia de violencia para Venezuela.
"Para reducir los asesinatos en Río, tuvimos que crear programas de prevención de violencia doméstica y en escuelas, recuperar espacios públicos, formar líderes juveniles, mejorar las condiciones socioeconómicas, elaborar una Ley Seca, constituir las Unidades de Policías Pacificadoras, crear un sistema de situación criminal en el que se descifrara en cuáles áreas se cometían más delitos y, sobre todo, prohibir a los civiles el uso de armas", explicó la también socióloga, durante el seminario El desafío de la ciudad segura, realizado el pasado martes en el Instituto Cultural BrasilVenezuela.
Lemgruber aseguró que se evitaron 5 mil crímenes gracias a la regulación de las armas, que estableció los 25 años de edad como edad mínima para obtener el porte, mayor control sobre la venta, previa aplicación de un examen psicológico y cumplimiento de otros requisitos.
El profesor de Derecho Penal en varias universidades de Venezuela, Luis Gerardo Gabaldón, coincide con la docente brasileña en que los particulares no deben portar armas, a menos de que las guarden en sus hogares para defensa propia, no la saquen a la calle y cumplan con todos los requisitos. "Es inadmisible que muchachos de 14 ó 16 años disparen en las puertas de las escuelas y ningún cuerpo de seguridad intervenga", expresa.
Gabaldón considera que el único avance respecto a las armas es que en la reforma de 2001 del Código Penal se elevaron las penas de 3 a 5 años por porte ilegal de armas, pero indicó que "eso no ha tenido ningún efecto" y que, por más esfuerzos que se hagan, "es difícil lograrlo porque hay un discurso oficial muy ambiguo que habla de desarmar a la población, pero también de una revolución armada".
La socióloga relató que con la nueva política contra la violencia se logró mayor identificación de las autoridades, sensación de paz y tranquilidad, libre circulación de día y de noche, incremento del trabajo, libre acceso a los servicios públicos, solución de conflictos a través de mecanismos legales, además de reducción del miedo, disminución de homicidios y reaproximación de familias de favelas (barrios).
Desafíos en Venezuela
Para Ana María Sanjuán, psicóloga social, los principales pasos que hay que dar para acabar con la violencia son los siguientes:
1. Fortalecer la capacidad de la familia para promover conductas sociales, prevenir el consumo de drogas y alcohol, y reducir el maltrato en los hogares.
2. Potenciar la capacidad de la comunidad educativa para reducir la violencia escolar.
3. Fomentar la integración social y desarrollar comunidades fuertes para apoyar a niños y jóvenes en situación de riesgo.
4. Recuperar espacios públicos para generar ciudades amables y acogedoras.
5. Promover el acceso a la justicia a través del incremento de la cantidad de delitos resueltos, el desarrollo de estrategias de persecución penal focalizadas en victimarios reincidentes y la protección de las víctimas.
6. Modernizar la gestión policial.
7. Fortalecer la confianza ciudadana y disminuir el temor al delito mediante la provisión de servicios públicos oportunos y eficaces
8. Mejorar los sistemas de acopio y análisis de violencia, delitos y temor.
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